jueves, 15 de mayo de 2008

Sin título 2





5 comentarios:

  1. Dogville

    Perros de paja
    Lo bueno es, una vz allí, encontrar:
    Scraw dogs

    Xunzi: cielo y la tierra, nada; somos perros de paja para ellos.

    Como diciendo, es algo que no nos considera pero va; de una manera, también podríamos, uso metáforas

    (creo esto tendría relación con lo que comenta agustín de la realidad - tiempo - metáforas)

    Trasladar tiempos diferentes, mediante metáforas.

    Creo que estoy hablando en voz alta sin pensar demasiado

    Un saludo, maestro
    (Comentario de Wilco, eliminado por error)

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  2. Teoría de la punta del iceberg (Hemingway):

    1- Punta vestigio, ruína, signo restante de lo que fué y ya no es (salvo por ese signo). La supremacía de la ausencia, vacío, inexistencia del iceberg.

    2- Punta portavoz, orgullosa, negada a someterse a las aguas del olvido. La diferencia con la anterior, es que el iceberg es existencia oculta.

    3- Punta incognoscible. Qué hay del cuerpo del perro. Qué hay bajo el espacio que mira. (Radiografías de la pintura mostraron una silueta). La intuición plástica de Goya suprimió la anécdota y convirtió este cuadro en un símbolo expresivo que nos alcanza en lo más íntimo. El iceberg no está en la imagen, es la imagen.

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  3. He asociado el campanario-iceberg con el de Dogville. Campanario con base aparente.

    La palabra "Dogville", el final del pueblo, el agua en la foto del pantano y en el cuadro de Goya -> Peckinpah, Straw Dogs.

    La foto de arriba, es la inversa: No hay agua. Sí base, ni campanario ni brazo -> "Rompiendo las Olas", el final: Las campanas


    Fram, si el iceberg es la imagen, es el espectador también, no dirías? Entonces, la parte no visible, llevará diferentes contenidos según quien mire.

    El tarot nos lo suele leer otra persona. ¿?

    Abrazos

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  4. Sin duda, Wilco, de ahí la sintonía de ese cuadro con la conciencia del individuo contemporáneo. Su polisemia según el observador (Heisenberg).

    Un abrazo.

    Bravo por la entrada, José Luis.

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  5. Entré en el Prado por primera vez cuando tenía 5 años y me perdí. Acabe frente algunos cuadros de Goya.Y recuerdo que cuando mi madre me encontró estaba frente al perro semihundido.Me encantó. Me hicieron esa pregunta que se le hace a los niños...¿Qué cuadro te gusta más de la sala? Estaba convencida.
    Hoy me sigue pareciendo genial.Es un perro soldado esperando a disparar o ser disparado. Y tiene miedo, ese miedo que todos sentimos antes de "salir a".

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