sábado, 21 de marzo de 2009

Dr. Manhattan


El alcance de la teoría se define por los límites del gusto. Lo que gusta o disgusta no puede caracterizarse como bueno o malo, pero sí hay un buen y mal gusto que, al menos, sirve de indicativo.


Todo esto viene a cuento del bodrio estético que es la película Watchmen: un giro de tuerca respecto a El caballero oscuro. El relamido look de superhombre bien dotado que encarna el Dr. Manhattan es una versión posmoderna del Leviatán de Hobbes. Ante el fracaso de unos héroes descerebrados en proteger la humanidad de sí misma, hace falta dar un paso más y esto tiene lugar con la figura sublime (no hay nada más sublime que el PODER decía Burke) del terror que mantiene cohesionados a los súbditos del planeta.

El mencionado doctor y sus antiguos compinches están como una cabra, pero ello no les impide propinarnos sesudas elucubraciones sobre a cuántos millones hace falta cargarse para que la cosa funcione. Y con estos mimbres el metraje se hace interminable y el producto abominable.
¿Va por ahí el debate sobre Bolonia?

Para mayores con reparos

11 comentarios:

  1. ¿Ha leido el tebeo?

    La Fragata Negra

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  2. No he visto la película pero el cómic me tiene fascinada... Y no está tan mal que una historia de superheróes y cachas del más diverso pelaje tenga reminiscencias de Hobbes, ¿no? Siempre es mejor ir a las fuentes, pero bueno, algo es algo...

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  3. ¿No tiene la más mínima curiosidad por ver la película de Watchmen?

    Todo el asunto está totalmente mal pensado. La única razón por la que hicimos Watchmen fue para probar nuevas formas de usar el cómic como medio. Estábamos inventando técnicas narrativas en el género, cosas que sirvieran para expandir lo que los cómics pudieran hacer. Queríamos buscar otras maneras de contar.

    ¿Independiente de las narrativas del cine?

    Totalmente independiente. Respeto a gente como Will Eisner, que fue pionero en trasladar las técnicas de narración cinematográfica al cómic, pero así los cómics serían sólo películas que no se mueven. Creímos que era hora de buscar elementos que fueran únicos para los cómics. Cosas que sólo ellos pudieran hacer. Eso es lo que tenía en la cabeza cuando escribí Watchmen. Y bueno sí, cuenta una historia interesante, con personajes fantásticos. Pero, sobre todo, trata sobre el género del cómic de superhéroes y lo que estábamos haciéndole.

    ¿Eso fue lo que le dijo a Terry Gilliam cuando quiso hacer una adaptación de Watchmen?

    Efectivamente. Cuando me encontré con Terry en los ochenta me preguntó cómo veía yo transformar Watchmen en película. Le dije que no lo veía, que nunca estuvo pensado para ser un filme. Y creo que Terry, un hombre sabio, lo vio también así. Un defecto de nuestra cultura es transformar cosas que funcionan perfectamente en un medio a otro donde no funcionan tan bien.

    Alan Moore

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  4. "Hay fuentes envenenadas"

    Eso pensó mi padre cuando le dije que, aunque los dibujos animados de Cruz Delgado eran un horror, El Quijote era un libro que algunas personas pensaban que merecía ser leído.

    En cualquier caso, estoy de acuerdo en considerar esta pelicula una abominación estética.

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  5. No he visto la película. Tengo un prejuicio irreversible con respecto a ese producto al que juzgo a priori una bazofia. El motivo de mi prejuicio ante algo que aún no he visto lo expresa perfectamente la respuesta de Alan Moore.

    Es curioso que Terry Gilliam se topara primero contra la frustración al intentar adaptar el Quijote y luego se propusiera adaptar el que he calificado como el Quijote del género de superhéroes (así como aquél desarticuló lo libros de caballerías e inauguró una nueva narrativa, Wachtmen -el tebeo- , desarticuló el genero de super héroes e inauguró una narrativa que ha transformado el lenguaje de la historieta.

    Hace poco afirmaba en el blog de Vicente Luis Mora que a pesar de los pesares, aún no ha desaparecido el prejuicio o "idea obsoleta" anclado en muchas mentes, de que el cómic sigue siendo un medio "juvenil, de escaso o nulo contenido intelectual, un peldaño o dos por debajo de la literatura, etc. etc.", y lo más curioso es que ese caso se da entre intelectuales progresistas en más ocasiones de las que cabría esperarse. En fin, nadie está libre de prejuicios, así que nadie puede arrojar la primera piedra, ¿verdad?

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  6. Esa es la cuestión, Fram....

    Lo que hace que Watchmen sea una de las obras de ARTE del siglo XX no es, sólo, la historia que se cuenta....sino la manera en la que está contada...la maestria, la belleza, el talento con el que se usa la "gramatica" de la historieta para contar esa historia. Desgraciadamente el mundo sigue sin saber "leer", sin saber "descodificar", el lengujae historietístico. Esa imposibilidad para desencriptar los matices de una historia contada con las herramientas de la historieta hace que lo fácil y aceptable para ciertos egos sea, simplemente, descalificar su validez. Esopo habló de eso.

    Es imperante que en el curriculum escolar se enseñe a "leer" historieta y a "ver" películas....es la única forma de que se deje de ver a ambos medios como fábricas de productos de género (la estima social por el cine viene, exclusivamente, por ser reconocido como un medio en el que se mueven cantidades brutales de dinero).

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  7. No sé si le he entendido mal, pero creo que, tal como lo plantea, esa 'mancha' estética de la película estaría imbricada con su 'mancha' ética.

    Lo digo también porque, tras ver la película, ese punto de vista, el ético, es el que más se alarmó en mí. En el largometraje (y tan largo) el Dr. Manhattan resulta éticamente ileso. Continuando la alusión que ha hecho a Hobbes, pareciese que el Dr. Manhattan es el menos "lupus" de la película.

    Lo cual me parece desastroso. ¿Qué hace el Dr. Manhattan sino huir -de sí y de todos-? Me pregunto: si todos contásemos con ese poder, con esa posibilidad (en sentido fuerte y técnico -filosófico- de "posibilidad"), ¿realmente estaría justificado ese abandono, esa huida? La película parece justificarlo. ¡Qué lamentable! Lo peor de todo es que esa insoportable levedad del Dr. Manhattan no es un poder ("posibilidad") de ciencia ficción, sino que, en el fondo, está ahí, a disposición de todos nosotros. Y lo comprobamos a diario, en lo más cotidiano.

    En ese sentido, veo al Dr. Manhattan como una 'piltrafa' moral. O más bien, no como un personaje, sino como una sugerencia, una invitación a la pasividad y a la ausencia (lo cual, desde el punto de vista político, no es nada sano en nuestro tiempo).

    He hablado con demasiada osadía... Pero creo que en lo que merece la pena insistir es en esa pregunta: ¿hubieras hecho tú (cada uno) lo mismo, de ser el Dr. Manhattan?

    Gracias y un saludo

    70875160

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  8. La verdad es que sí, si usted no ha leido el tebeo está siendo un poco osado.

    La Fragata Negra

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