lunes, 1 de junio de 2009

¿Regreso a la belleza?








(Béla Tarr. La condena)

“Pero esos señores distinguidos no saben en absoluto lo que significa vivir como ella, llevar un mesón como la Dichtelmuhle. Ellos (¡los señores distinguidos!) sólo hablaban siempre de situaciones para ella incomprensibles, no tenían ninguna clase de preocupaciones y se pasaban todo el tiempo reflexionando en qué podían hacer con su dinero y con su tiempo. Ella no había tenido nunca suficiente dinero ni nunca suficiente tiempo y ni siquiera había sido siempre sólo desgraciada, a diferencia de aquellos señores distinguidos apostrofados por ella, que siempre tenían suficiente dinero y suficiente tiempo y hablaban continuamente de su desgracia. Para ella era totalmente incomprensible que Wertheimer, a ella , la dijera siempre sólo que era un hombre desgraciado. A menudo él había estado sentado hasta la una de la madrugada en el mesón, lamentándosele, y ella se había compadecido de él, como decía, y se lo había subido a su habitación, porque él no quería ir ya a Traich aquella noche”. (Thomas Bernhard.El Malogrado).


3 comentarios:

  1. Interesante. Pero, ¿debemos ...o ella desea volver a descubrir la belleza?

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  2. Quizás por la misma lógica que el amor vuelve a los amantes, o si se quiere más sencillo, por la misma lógica que el dolor no se sostiene, y cede espacio a la promesa y esperanza que vuelva el bien-(estar)... La belleza sería un acorde; pero si no se quiere que sea un volver más, pues prosigamos hacia la belleza como cultura (el sentido de cultivar: naturaleza y humanidad). Sin embargo, ¿a que se debe ese volver? ¿sería una sensacción a decir que nuestro estado original es la belleza, y lo contrário a ella, apenas se nos ocurre?(Francisco Carvalho - desde Brasil)

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