Ese camino es el que siguen en otro documental que lleva por
título La confesión del diablo: las cintas perdidas de Eichmann, de
Yariv Mozer, 2022. La relevancia de este consiste en el papel que juegan las
cintas en el juicio. Se trata de las grabaciones de las entrevistas que le hizo
en Buenos Aires el periodista nazi holandés Willen Sassen. Un personaje
controvertido sobre el que se pronuncia en el documental su hija Saskia Sassen,
eminente socióloga, bien conocida en España. Pensaba el padre escribir un libro
con ello evaluando como posible título “El contable de la muerte”. Más tarde,
fue acusado de traidor por los nazis al haber vendido y publicado parte de las
transcripciones.
Fueron muchas horas de grabación, recibiendo correcciones
manuscritas de Eichmann las transcripciones. En el documental pueden oírse fragmentos
de estas. No así en el juicio. Hausner se hizo con las transcripciones, sin
aclarar el medio, pero no con las grabaciones. De ahí que, al negar Eichmann la
exactitud de ellas y pedir reiteradamente las cintas para compararlas, el
tribunal las rechazara como prueba, excepto las que llevaban anotaciones
manuscritas suyas. Tampoco aceptó los fragmentos publicados por la revista Life.
Gracias a ello Eichmann pudo seguir manteniendo su imagen gris de encargado del
transporte, pero no de la decisión sobre el destino de los judíos.
En las cintas aparece otro Eichmann, que intenta por todos
los medios reivindicar su papel decisivo en el Holocausto, despreciando a otros
nazis arrepentidos o que eludían sus responsabilidades: “No me arrepiento de
nada”, concluía. Más aún, se oye: “Si hubiera matado a 10.3 millones de judíos,
diría con satisfacción, bien, destruimos a enemigo, y habríamos completado nuestra
misión”. Escasez de tiempo lamenta y, sobre todo, falta de competencia de sus
superiores, a los que tuvo que desobedecer a veces, y tomar iniciativas por cuenta
propia en aras de la mayor eficacia. Eichmann se estaba desquitando en estas
grabaciones de su humillación en Buenos Aires, encadenando trabajos
insignificantes y pasando estrecheces económicas, sometido a un anonimato al
que no estaba acostumbrado dado su papel de alto oficial de las SS en el
pasado, con poder de vida y muerte sobre otros, según testimonios de las víctimas.
¿Por qué no llegaron estas cintas demoledoras al juicio
privando a Hausner de una prueba definitiva?
No hay comentarios:
Publicar un comentario