Según la noticia que publica hoy El País los diputados catalanes habrían declinado renunciar a sus escaños en el Parlamento español porque "sería un gesto estético y punto". Tiempo antes el diputado Rufián habría confirmado que "sería una imagen hermosa" irse cuando proclamaran la República Catalana y la desconexión.
Ante su lamento de que "estos días es difícil encontrar coherencia" me permito sugerirles una solución intermedia: que sigan en sus escaños si así lo desean pero sin cobrar el sueldo del Estado del que se han desconectado. Ese sería un elegante gesto estético de sacrificio y también una imagen hermosa de desprendimiento.
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