domingo, 3 de febrero de 2008

Cambios en la cultura de las nuevas tecnologías

Ha comenzado la zona de debate en el CITA.

Con el siguiente texto:

Cambios en la cultura de las nuevas tecnologías

La cultura de las nuevas tecnologías está cambiando. En varios sentidos. Están primero, y como es natural, los cambios que vienen dados por la rapidez con que aparecen nuevos aparatos en el mercado, y que obligan a un reciclaje continuo y acelerado de los simples usuarios y también de los expertos. Hasta cierto punto, somos un tanto pasivos y nos sobrepasa este avance sin parar de las tecnologías. El aprendizaje no acaba nunca. Se trata de los cambios referidos al uso de las tecnologías.

En segundo lugar, parece que está cambiando la mentalidad respecto a ellas. En concreto, respecto a toda una serie de tópicos, que se han venido repitiendo desde finales del siglo pasado. Por ejemplo, el situarlas en una dimensión virtual distinta de la real, que sería la de la vida diaria. Ya se están dejando de usar categorías de ciencia ficción como la de “ciberespacio”, no se toma muy en serio el que seamos “ciborgs”, y el fracaso económico de Second Life permite dudar de que haya otra “segunda vida” distinta de esta. Si hablamos todavía de lo virtual es ya en la idea de que potencia lo real y no lo sustituye ni lo aniquila. En definitiva, que estamos empezando a pensar ya en tecnologías para gente corriente y formando parte de su vida cotidiana.

En tercer lugar, y como consecuencia de lo anterior, ya no nos basta con ser usuarios, más o menos pasivos, de las tecnologías, sino que como ciudadanos queremos reflexionar sobre cómo se usan y para qué se usan. Más aún, queremos decidir sobre el diseño social de las mismas. De esta forma las TIC (tecnologías de la información y de la comunicación) han ido evolucionado hacia la SIC (sociedad de la información y el conocimiento). En la que es decisivo el conocimiento libre logrado a través de la participación ciudadana que lo genera y difunde.

No es cierto, pues, que la cultura de las nuevas tecnologías esté en manos de la llamada “Generación YO”, narcisista e individualista. Los que antes se consideraban como espacios del “autismo interactivo” son ahora espléndidas redes sociales. Este es, quizá, un aspecto que debería tener en cuenta la educación para la ciudadanía en la sociedad de las nuevas tecnologías. Porque las nuevas tecnologías no son ya el ciberespacio donde huir ensayando alternativas virtuales a la sociedad, sino el lugar
en que plantear nuevas alternativas sociales de participación ciudadana.

lunes, 28 de enero de 2008

La tarea del artista contemporáneo




"La tarea a la que se enfrenta el artista contemporáneo ya no es el rechazo del presente sino la afirmación del futuro"
(Sean Cubitt en el prólogo al libro, titulado "El color del tiempo").

sábado, 19 de enero de 2008

Heidegger y la "Generación YO"



Leo con retraso (y gracias al aviso de Eloy Fernández Porta) un buen reportaje publicado en diciembre pasado en EP3 sobre la "Generación YO". En este contexto es obligada la referencia al libro pionero de Jean Twenge que lleva el mismo título.

Una de las característcas que se destacan repetidamente en los análisis es el individualismo narcisista de los sujetos, encantados de conocerse a sí mismos y, sobre todo, de que les conozcan los demás. Lo único que les importa es su propia imagen, que cuelgan de manera compulsiva en cuantos dispositivos electrónicos se ponen a tiro.

Al leer todo esto, me vino a la mente el análisis realizado por Heidegger en "La época de la imagen del mundo". Sostiene ahí que la Edad Moderna, que llega hasta hoy, es la época del mundo reducido a imagen de un sujeto. En este caso sería el de la "Generación YO".

La tesis y sus derivaciones son atractivas como marca publicitaria, pero me temo que un tanto simplificadoras a nivel teórico. Ya hemos tenido el ejemplo de autores como Debord y Baudrillard convertidos en espectáculo de sí mismos. Por otra parte, el método de las generaciones, si es que útil, debe ser matizado en la sociedad de las nuevas tecnologías, como se puso de manifiesto no hace mucho a propósito de la "generación nocilla".

Me pregunto si el tiempo no acabará colocando también las cosas en su sitio, como lo está haciendo ahora con tópicos de hace diez años. Los espacios de la red que antes parecían coto del "autismo interactivo" son ahora territorio de usos sociales. Y el imaginario tecnorromántico(!qué mal suena con dos erres!)no es exclusivo ni excluyente. Máxime si se tiene en cuenta que fueron ellos, los románticos, quienes también afirmaron que no hay un "yo" sin un "tú".

Y, puestos a hablar de generaciones, ¿no habría que hablar también de la "Generación TÚ?

martes, 15 de enero de 2008

Arte, ciencia y tecnología.



Pau Alsina ha publicado una excelente introducción histórica (con una escueta bibliografía)al tema que da título al libro: arte, ciencia y tecnología. De manera equilibrada, y con buena información, trata la relación del arte con las telecomunicaciones, la informática, la robótica, la biología y las TIC.

No sólo esto, sino que, como señala en el primer capítulo, el libro forma parte de un proyecto más amplio y ambicioso:la configuración de un nuevo humanismo. Así, "el destacado papel de las artes como vehiculadoras de este espacio de comunicación e integración entre la cultura humanística y la cultura científico-tecnológica es la razón por la que, enfrascados en esta tarea de actualizar el ideal de humanismo renacentista, en los próximos capítulos estudiaremos diferentes estudios de caso. Un humanismo que incorpore tanto la cultura artístico-humanista como la cultura científico tecnológica...."(p.21).

Todas mis simpatías respecto a la demanda de un nuevo humanismo, tema en el que yo mismo llevo trabajando durante varios años con el nombre de "humanismo tecnológico". Ahora bien, otro de los méritos del libro es que permite dialogar sobre la orientación del mismo. No veo claro que el nuevo humanismo deba situarse entre dos culturas, incorporarlas, o configurar una nueva. La apelación al humanismo renacentista indica, más bien, que ellos no hacían una distinción entre una cultura de letras y otra de ciencias. No había dos culturas (las divisiones académicas son otra cosa) y la tarea del arte no consistía en mediar entre ellas. Como tampoco ahora. Un nuevo humanismo debe operar sin tener en cuenta ya esas dicotomías obsoletas.

Lo que nos lleva a la perspectiva del nuevo humanismo. Me pregunto si debe ser en la línea de los siguientes capítulos en los que se relata lo que ha sido, y que por ello he calificado de "histórica". Actualmente hay otros enfoques.

¿No habría que revisar, por ejemplo, la decepcionante, por irreal, propuesta de la interactividad, tan publicitada a finales del siglo pasado? E,igualmente, ¿no convendría sustituir el mito tecnorromántico de la creación colectiva por la tarea más modesta y responsable del diseño ciudadano de las tecnologías?

Son sólo algunas de las cuestiones que me suscita la lectura de este libro, tan oportuno como estimulante.

viernes, 4 de enero de 2008

Tecnoromanticismo



“El arte tecnoromántico es un acercamiento crítico al universo tecnológico [...] Mi propósito no consiste en situarme en oposición a la sociedad tecnológica, o a las tecnologías en general sino, más bien, en intentar desarrollar mi calidad humana, en compartir las emociones, dentro del paisaje actual de nuestra sociedad que es informática, virtual, técnica, pero que tiene también otras dimensiones...El arte está basado en un proyecto emocional y filosófico. Este proyecto artístico puede elegir expresarse con útiles tecnológicos o con útiles tradicionales. Pero es cuando se parte de un proyecto artístico, cuando se está en el ámbito del arte y no en el ambito de la ilustración del universo tecnológico”.
(“Sur les ruines de la technologie, en avant pour le Technoromantisme")

Stéphan Barron


domingo, 30 de diciembre de 2007

La capacidad de resistencia del Individuo en la belleza de lo fugaz



"Sin embargo, para mí lo importante sigue siendo el Individuo, el gran Solitario, capaz de resistir en las situaciones difíciles para el espíritu, como la que está llegando y que será una nueva edad de hierro [....] Pero ahora que he superado los cien años no sé si con el tiempo que me queda emprenderé una vez más esa clase de aventuras. De todas maneras sigo viajando por el mundo de la literatura y por ese pequeño cosmos que es mi jardín. A veces, en los días soleados, me entretengo haciendo pompas de jabón que el viento lleva entre las plantas y las flores. Son para mí una imagen simbólica de la fugacidad, de su inasible belleza".