Causa pasmo, no exento de tristeza, la lectura del artículo que dos especímenes, en la cumbre de su carrera universitaria e investigadora, publican hoy en
El País.
"O se compite por ser el primero o se renuncia totalmente a la investigación y, en general, a la creación de obras originales, conformándose con estudiar (y comprar) lo que otros han creado. Nosotros estamos seguros de que los "fichajes-estrella" y los "equipos galácticos" tendrían un impacto tremendamente positivo académico, social y económico".
Este tipo de diagnósticos y recetas, a medio camino entre la charla de bienvenida a novatos universitarios, motivaciones de concejal ante sus primeras elecciones, y elucubraciones de tertulianos en torno a unas cañas, acompañadas de ingesta abusiva de patatas bravas, bien cargadas de alioli, mezclando los avatares del "furbo" y los males universitarios, no deja de sorprender. Así que las universidades están mal, no salen en el primer puesto del ranking mundial,no ganan al Barcelona, pues entonces !importemos galácticos!!Será por dinero!.
Lo peor viene al final:
"No podemos dejar que nuestro barco se hunda porque no nos contrataron para achicar agua. Y el mundo no se va a parar para dejarnos bajar".
Es decir, amenazan con seguir.
Recuerdo un viejo chiste en que un fámulo le aseguraba a un desgraciado que no se preocupara por lo suyo, que el ministro ya estaba en ello. - Eso me temo, le contestaba el infeliz, pero lúcido, damnificado.