martes, 21 de agosto de 2012

Prometheus



Salí de la película mudo de asombro sin saber qué decir. Delante de un cuadro evito, si puedo, al crítico, y busco, si hay suerte, el making of del artista. No suele defraudar. Recuerden aquel festival de los DVD en la versión extendida de El Señor de los anillos. Ahora hay una diferencia decisiva respecto a intentos anteriores: el 3D. Nos permite realizar el viejo sueño del espectador desde Velázquez: circular entre las imágenes. Con todas las limitaciones que se quiera. Falta aún la tecnología que nos ayude a experimentar lo que me ha pasmado leer en las cartas de Van Gogh de su cuadro Los comedores de patatas: huele mal. La crítica académica suele perfumar los cuadros. Algo de ello he sentido cuando se inspira en él  Bela Tarr para su maravilloso El caballo de Turín. Nos falta todavía la tecnología para saber sentir estas creaciones de atmósferas.

Prometheus es, ante todo, un festival de imágenes audiovisuales. Gracias a ello se convierte más en una película espacial que temporal. Desde ese punto de vista me parece una película excelente, que ha sabido prolongar la estética Giger, sin demasiadas alusiones explícitas que la reduzcan al papel de precuela. Esta condición eminentemente audiovisual, técnica, establece una diferencia con otras películas de ciencia ficción basadas en novelas de la segunda mitad del siglo XX, algunas de las cuales todavía se han estrenado en este siglo. Abuso generalizado de los efectos especiales y de las frases trascendentales (viene a ser lo mismo) eran algunas de sus características. No exclusivas, como puede comprobarse por las poluciones de autoayuda del Batman en horas bajas de Nolan o las especulaciones estomagantes de Spielberg, fruto de su debilidad (malsana) por la infancia.

 Lo de menos en esta es el guión, con incoherencias dignas de Lost, posiblemente debidas a a la inestimable contribución de Lindelof. Ya se sabe que cuando un relato empieza a no tener ni pies ni cabeza se dice que responde algunas preguntas y abre muchos otros interrogantes. Tampoco empalaga mucho la carga pseudometafísica a cargo de unos científicos con síndrome de ET agravado en  niño de IA. Apenas unas reflexiones infantiloides sobre el creacionismo para contentar a la clientela USA: Prometeo nos creó, pero (atentos) ¿quién creó a Prometeo?. Hay también una exhibición repetida de la cruz que la hará digna de ser incluida en la remozada asignatura de Educación para la ciudadanía... En fin, la aportación viene por otro lado, y es lo que la hace una película del siglo XXI.

Lo interesante de sus imágenes es que ellas solas introducen una complejidad en la ciencia ficción como ha habido pocas hasta ahora. Bien es verdad que recoge, más que aporta, y que se benefician de una trayectoria de la misma, especialmente a través de las teleseries, las grandes renovadoras de la tradición. El cierre de Falling skies promete. Así, la figura de Prometeo queda resaltada en toda su ambigüedad mitológica: un Titán cabronazo, altruista pero poco de fiar en cuanto a sus últimos propósitos. Otro androide irónico, posmoderno, David, que guarda sus distancias interesadas con los seres humanos, demasiadas,  muy distinto del inocente Data que se pasaba toda la serie de Star Trek piando por ser humano. Se la jugará a la tontorrona Dra. Rapace. Y está la gran constante ya de la ciencia ficción en este siglo: la indignidad del ser humano. Dentro de poco hasta los Aliens no querrán nuestra carne. Del futuro peor de la vieja ciencia ficción hemos pasado al peor de los orígenes en la nueva.

lunes, 13 de agosto de 2012

martes, 7 de agosto de 2012

sábado, 4 de agosto de 2012

martes, 31 de julio de 2012

lunes, 30 de julio de 2012

miércoles, 25 de julio de 2012

martes, 17 de julio de 2012

recomendable



Nobleza obliga. He criticado en varias entradas la baja calidad de los artículos sobre nuevas tecnologías publicados en las páginas centrales de El País.

No es el caso del magnífico trabajo de Antonio Fraguas: "Usted ya no lee ni escribe como antes"
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/16/vidayartes/1342469862_997252.html
 
y destaca el excelente apunte de Javier Celaya: "Reaprender a leer y escribir en la era digital"

 
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/16/vidayartes/1342470400_086502.html

domingo, 15 de julio de 2012

l'ennui



                            C'est l'Ennui!- L'oeil chargé d'un pleur involontaire,
                            Il rêve d'échafauds en fumant son houka
                            Tu le connais, lecteur, ce monstre délicat,
                            Hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère

martes, 10 de julio de 2012

matices





Sequía de teleseries. Hace tiempo acabó la 5 temporada de Mad men. Deberian cancelarla antes de que la oficina se convierta en la isla de Lost. Penosa, se caía de los ojos, con un Don Draper recién recasado corriendo como pollo sin cabeza por los capítulos. Incluso hay uno edificante, a costa de Joan. Este fin de semana vuelve Breaking bad. En The Newsroom los diálogos se atropellan, de puro brillantes. Recuerdan a Studio 60.

martes, 3 de julio de 2012

no le falta razón

"La introducción masiva en las representaciones de referencias, de burla, de doble sentido, de humor, ha minado rápidamente la actividad artística y filosófica, transformándola en retórica generalizada" (Houellebecq)

sábado, 30 de junio de 2012

jueves, 28 de junio de 2012

proyectos

"¿Para qué llevar a cabo los proyectos, si el proyecto ya es en sí mismo un goce suficiente?" (Baudelaire).

viernes, 22 de junio de 2012

domingo, 17 de junio de 2012

Hopper


El lunes pasado tenía la guardia baja. Siempre aplico a las imágenes la recomendación de Adorno de que un pensamiento solo es verdadero si va contra sí mismo.Es decir, un pensamiento en imágenes solo es verdadero si va contra las imágenes del pensamiento.

 Estaba viendo Hatufim, y saltaba de esas imágenes a las de Homeland, sin lograr establecer ninguna relación icónica. Entendí que el prerrafaelita Damian volviera loca a Carrie, pero ¿cómo relacionar sus imágenes de Cristo torturado al gusto americano por Al Qaeda con los pobres soldados israelíes degradados hasta extremos inconcebibles? Y entonces surgió la imagen de Yael en la cama, incapaz de superar el no regreso de su hermano. Y funcionó el principio de asociación con la de Hopper. La puse. No debí hacerlo.

 He recordado que durante años he tenido en el salvapantallas del ordenador en la Facultad la imagen de Hopper Camino del Maine. ¿Por soledad, incomunicación? Menos lobos.Estoy como un rey, maldiciendo los recortes. He mirado abajo en el blog  y he visto que tengo un recopilatorio de Hopper con música de Tom Waits. La gloria.

 ¿Entonces?

 Antonioni, Tarkovsky y tantos otros insistieron en sus entrevistas que si quieres sentir una imagen tienes que dejar toda esperanza, mística, simbólica, metafísica, para sentirlas directamente, sin la mediación conceptual. En vano. La gente no renuncia a ponerse existencialmente estupenda. Yo, al menos, lo intento. Cuando veo las figuras de Hopper no pienso en la soledad, incomunicación y todas esas zarandajas existencialistas, sino que siento a unas personas ensimismadas, en compañía de la mejor de las soledades, que poca veces se nos permite: estar simplemente a gusto con uno mismo. No sufren, están disfrutando de sí mismas, y eso me hace buscar también su compañía.