domingo, 23 de diciembre de 2012
martes, 18 de diciembre de 2012
miércoles, 12 de diciembre de 2012
martes, 11 de diciembre de 2012
sábado, 8 de diciembre de 2012
martes, 4 de diciembre de 2012
el último servicio del intelectual
Si queda alguno, el último servicio que puede hacer el
intelectual es callarse. No prestar atención a los esporádicos titulares en que
se pregunta dónde está, se inquiere por su silencio y se reprocha su traición,
la dejación de sus responsabilidades. Resistan, ya quedan pocos y queda menos
todavía.
Recomiendo el visionado del vídeo en que Risto Mejide
dialoga con Agustín Fernández Mallo sobre redes sociales. A preguntas de la
ágil reportera con voz de pito el “inclasificable” (sic) responde que no tiene
ni idea de lo que son las redes sociales, tampoco sabe muy por qué está allí,
pero se ha construido un personaje, una marca y sabe venderse, y bien vale la
pena averiguarlo. Agustín, con su habitual bonhomía, le observa con sonrisa de
conejo.
Acostumbrados a las habituales soflamas del PPP (Patéticos
Pensadores PRISA) esta declaración es, como suele decirse, un soplo de aire
fresco. Quizá sea un jeta, pero al menos no engaña. Los autodenominados
intelectuales tienen desarrollado ese apéndice porcino hasta extremos
inimaginables: no abandonan ni con aceite hirviendo la primera persona al
exponer algo y se ahogan en la autocita. Su vocación es llegar a ser
tertulianos, a poder opinar sobre todo sin la menor preparación, pero con la
máxima contundencia.
En este momento, en que el ciudadano padece más la
incompetencia que la corrupción, uno siente nostalgia de la “barbarie del
especialismo”. En una sociedad tan compleja no necesitamos a los intelectuales de antes con sus análisis y recetas simplistas. Tampoco a los cantamañanas de ahora. Necesitamos especialistas baaaárbaros (así, con acento
argentino) que, al menos, sepan de lo que hablan.
lunes, 3 de diciembre de 2012
viernes, 30 de noviembre de 2012
lunes, 26 de noviembre de 2012
domingo, 18 de noviembre de 2012
día mundial de la filosofía
Como la lechuza de Minerva me he enterado del Día Mundial de la Filosofía 2012 cuando ya ha pasado el día.
En un principio me ha sorprendido gratamente que dediquen también otro día a una especie en peligro de extinción con el lema "las generaciones futuras". Está bien sentirse especie protegida. Genera confianza, y lo estamos notando en la subida de las matrículas universitarias.
El discurso de la directora general es alentador. Especialmente este párrafo:
"Al celebrar el Día Mundial de la Filosofía, la UNESCO se propone reafirmar que la filosofía tiene el poder de cambiar el mundo, pues está dotada de esa capacidad de transformarnos, dando mayor peso a nuestras indignaciones ante la injusticia, más lucidez para formular las preguntas que incomodan, más convicción para defender la dignidad humana. Es la clave de un nuevo humanismo".
Como filósofo estoy muy interesado desde hace años en un nuevo humanismo. Pero, ¿cuál? No es lo mismo uno que otro. Especialmente dada la tendencia de mis congéneres a dejarse morir, a la necrofilia.
Me lo confirma el cartel anunciador del evento: una visita a un cementerio repleto de lápidas y bibliografía, naturalmente en papel.
¿Dónde están los problemas que preocupan a la gente y los nuevos medios para acercarnos a ellos, abordarlos y,sobre todo,proponer alternativas. Nos hacen falta menos Sócrates de Halloween y más filósofos de su tiempo.
De todas formas, he aumentado el pixelado del cartel, lo he hecho más borroso, por si alguien de las generaciones futuras se acerca a mirar intrigado.... y pica. Lamento tener que usar esta estrategia de sucursal bancaria, pero si no llegamos a 20 nos cierran.
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