Cuando uno empieza a leer textos en los que se habla de que vivimos en un mundo globalizado, en una época de vertiginosos cambios, que exigen una adaptación a las exigencias de las nuevas tecnologías...tiene ya la sensación de entrar en un preámbulo que promete un cúmulo de vaciedades y lugares comunes.
Si, además, alguno se apoya en una cita de oidas y mal hecha de Heráclito ("El filósofo Heráclito decía que nunca te bañas en la misma agua del río")entonces la ceremonia de la confusión está garantizada. Heráclito patrocinaba una mentalidad de río, no pensamientos de bañera (digital).
http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Gutierrez-Rubi/Somos/rastros/reputaciones/digitales/elpeputec/20100908elpeputec_4/Tes
"Nuestra ciudadanía digital será más relevante que nuestra ciudadanía política o cívica".
La terminología del "ser digital" (Negroponte) hace tiempo que ha quedado obsoleta, así como la de las utopías digitales de la Costa Oeste de California, y la desafortunada de Prensky entre nativos e inmigrantes digitales.
Estamos ahora, en el siglo XXI, no hace 20 años, en las tecnologías ciudadanas,invisibles de puro cotidianas, para gente corriente, integradas en la vida ordinaria, que requieren un lenguaje sensato, en las que lo que importa no son ellas mismas, sino qué se hace con ellas: no nos interesan ya tanto las tecnologías de la información, ni las de la participación, como las de la decisión...ciudadana. Y ésta no puede estar en manos de "expertos" ocupados en hacer declaraciones para el sempiterno "día del orgullo geek".
Me extraña mucho esta entrevista para introducir un libro del que es coautor el muy apreciado Juan Freire y que prologa un respetado Francis Pisani. Se agradece su descarga gratuita y me pongo a la lectura.
Pero, entretanto, ciudadanía digital, no gracias. Ciudadanía real con medios digitales. Siguiendo a Heráclito, el agua puede ser distinta, pero el río es el mismo, el de la ciudanía. Lo digital está para potenciar lo real, forma parte de ello, no para sustituirlo.
Ciudadanía real, totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarPero... ¿Llegaremos a ser "ciudadanos" y no "súbditos"? (en el amplio sentido de cada una de las palabras)
Apuesto por esa ciudadanía de la que hablas. Apuesto por lo "real", sin duda. Pero... ¿qué es lo real?.
Un abrazo.
A veces lo que hace falta es buen sentido común. En su significado más lato.
ResponderEliminarCiudadanos y no consumidores de metáforas para el marketing.
Cierto José Luis. Lo que ocurre en la Internet depende de lo que ocurre fuera de la Internet, la ciudadanía debe darle al ser humano las herramientas necesarias para su desarrollo, la Internet es una herramienta, no un sustituto de la ciudadanía.
ResponderEliminarEs la primera vez que visito tu blog. Me interesé por revisar tu trabajo por recomendación de algún texto Piscitelli. Me encuentro haciendo mi tesis doctoral en la URJC, básicamente intentando comprender cómo la cultura da forma a la comunicación en el ámbito de nuevos medios.
ResponderEliminarLo que uno lee en todos lados es, más o menos, que internet es una tecnología capaz de rediseñar la sociedad. Yo creo lo contraro,lo que pasa en internet es la materialización de experiencias previas; incluso esa efervecencia de promesas filotécnicas son un fenómeno cultural. Por ese motivo me llamó la atención tu último post. Sobre todo la idea de la superación del digitalismo..."Ciudadanía real con medios digitales".
¿Sabes de autores o teorías que me podrían ayudar a reforzar esta perspectiva?
Tienes un magnífico ejemplo en el propio Piscitelli, que es capaz de ensayar nuevas prácticas y esbozos de teoría relacionados con ella. En los materiales de mi blog encuentras algo sobre ciudadanía
ResponderEliminarSaludos
Tienes un magnífico ejemplo en el propio Piscitelli, que es capaz de ensayar nuevas prácticas y esbozos de teoría relacionados con ella. En los materiales de mi blog encuentras algo sobre ciudadanía
ResponderEliminarSaludos
Cuando comenzamos a atribuir valores intrinsécos a los instrumentos las consecuencias suelen ser discursos plagados de normativismo y cábalas.
ResponderEliminarLe pasa a los qu defienden la "ciudadanía digital", a los que como Castells y Requena Santos, atribuyen un valor "positivo" a las redes sociales o teorías francamente risibles pero espeluznantemente extendidas como el capital social de Putnam. Se obvia que el acceso a los instrumentos no es igual para todos, que la ciudadania antes de ser digital, debe ser realmente universal. Buena entrada, no quisiera extenderme demasiado.
Me viene a la mente una cita (adaptada) de Rafael Sánchez Ferlosio: "Todo se me va antojando tan imaginario que ya nada puede perder siendo fingido (digital) como ya nada puede ganar siendo real".
ResponderEliminarSaludos, enhorabuena por el blog.