Una auténtica maravilla esta película de Rivette La belle noiseuse. Son cuatro horas de cine puro sobre el proceso de creación artística. La clave me parece estar en las imágenes sonoras de la creación pictórica(no hay música), más que en las visuales. Un Frenhofer-Cézanne pasado por Le mépris con un final diferente, en fuera de campo...Tengo que escribir más despacio y largo sobre ello.
¿No hay mucho Platón en esa escena en la que Frenhofer le dice que a Marianne que el asunto de verdad no tiene que ver con ellos, o los sentimientos cruzados, o el dinero, sino que es "la pintura" quien los posee?
La creación artística sería un proceso que pasa por la destrucción de los medios (el pintor y la modelo) para alcanzar la Forma pura, vacía, inmaterial.
¿Hay algo de bisturí en esas "imágenes sonoras" del comienzo cuando empieza a hacer bocetos?
Volver a ver esta película está siendo muy estimulante.
Tengo la misma impresión. Lo curioso es que se sale de ese esquema en el momento en que parece traicionar la verdad en pintura: oculta la obra maestra y no le importa pasar por farsante, con tal de que la bella mentirosa no sea desenmascarada. Es el humanismo no platónico, me encanta ese final. Lo mejor, el ruido del bisturí, como dices.
Es cierto, el reverso de la tentación platónica es la taxidermia, las "momias conceptuales" de Nietzsche. "Matan, rellenan de paja, esos señores idólatras de los conceptos, cuando adoran, —se vuelven mortalmente peligrosos para todo, cuando adoran."
Creo que esa afición de Liz por la taxidermia no es casual. ¿Puede ser?
El final, como dices, nos devuelve a las "apariencias", la "nueva máscara" de Marianne, un "humanismo no platónico".
Anécdota. También me pareció ver cierta afinidad con Psicosis. Cuando hacia el final Marianne duerme en la casa y Liz le prepara la cama no pude evitar temer que terminase asesinándola. Y no en un sentido metafórico como Frenhofer.
Cuando me conmuevo (o me muevo con) me salen las cosas a borbotones y prefiero callar. Llevo días viendo los post de antes y ahora este.
ResponderEliminarFalemos de números!
Exquisito!
¿No hay mucho Platón en esa escena en la que Frenhofer le dice que a Marianne que el asunto de verdad no tiene que ver con ellos, o los sentimientos cruzados, o el dinero, sino que es "la pintura" quien los posee?
ResponderEliminarLa creación artística sería un proceso que pasa por la destrucción de los medios (el pintor y la modelo) para alcanzar la Forma pura, vacía, inmaterial.
¿Hay algo de bisturí en esas "imágenes sonoras" del comienzo cuando empieza a hacer bocetos?
Volver a ver esta película está siendo muy estimulante.
Muchas gracias por recomendarla.
Un saludo.
Tengo la misma impresión. Lo curioso es que se sale de ese esquema en el momento en que parece traicionar la verdad en pintura: oculta la obra maestra y no le importa pasar por farsante, con tal de que la bella mentirosa no sea desenmascarada. Es el humanismo no platónico, me encanta ese final.
ResponderEliminarLo mejor, el ruido del bisturí, como dices.
Es cierto, el reverso de la tentación platónica es la taxidermia, las "momias conceptuales" de Nietzsche. "Matan, rellenan de paja, esos señores idólatras de los conceptos, cuando adoran, —se vuelven mortalmente peligrosos para todo, cuando adoran."
ResponderEliminarCreo que esa afición de Liz por la taxidermia no es casual. ¿Puede ser?
El final, como dices, nos devuelve a las "apariencias", la "nueva máscara" de Marianne, un "humanismo no platónico".
Anécdota. También me pareció ver cierta afinidad con Psicosis. Cuando hacia el final Marianne duerme en la casa y Liz le prepara la cama no pude evitar temer que terminase asesinándola. Y no en un sentido metafórico como Frenhofer.
Un saludo.