jueves, 11 de agosto de 2011
interior metafísico sin y con bizcochos
La vida líquida se estanca, fuertes ruidos que se creían extinguidos vuelven a resonar en los diversos continentes, la superficie de las creencias comienza a cuartearse, y la mirada se dirige inquieta hacia abajo. Es la hora de la metafísica: ¿mal radical y/o bizcochos?
Ya no parecen necesitarse genios en macropreguntas sino obreros de microrespuestas.
Desde los tiempos de la caverna platónica el auténtico filósofo renunciaba a su vida para iluminar a los otros, que no se lo habían pedido. Hoy día se le demanda un último servicio en pro de la comunidad: que renuncie a su obra, y se vaya.
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La vida se estanca en ruidos extinguidos y la mirada inquieta del auténtico filósofo comienza a cuartearse.
ResponderEliminarSe necesitan obreros que renuncien a su obra para iluminar las demandas de la comunidad.
Bizcochos
MAL RADICAL, sevicie y aquellare frente a tanta mordacidad ametafísica. ¿El filósofo hoy? Un sepulturero.
ResponderEliminarFirmante: Leo Naphta