jueves, 9 de noviembre de 2017

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3 comentarios:

  1. Woody Allen bajando los pantalones a la cultura. Ahora resulta que la Filosofía es un ejercicio de onanistas. ¡Cómo me hubiera gustado que se hubiera animado con Husserl y la fenomenología!

    Excelente selección. Abrazos

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  2. Lo que me llamó la atención de la película fue no tanto lo que dice sino cómo lo dice y que quizá explica el título, Irrational man. Me pregunto si no es más "basura" ese ejercicio publicitario de suministrar píldoras de farmacia de guardia existencialista a los otros por parte de alguien que no sabe qué hacer con su vida. Allen es un especialista en ello y no le falta ingenio, pero en filosofía nos sobran ocurrencias y nos falta argumentación.
    En fin, David, menos mal que no hacéis eso en las Olimpíadas de Filosofía. Otro abrazo

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  3. Sí, está claro que las relaciones humanas no obedecen a la lógica de la razón sino que, más bien, descubren su carácter endeble y servil. Incluso los principios morales más arraigados ceden a la pasión y la irracionalidad. Y creo puede verse el cine de Woody Allen como otra píldora para el alivio: a fin de cuentas, no deberíamos martirizarnos tanto por algo que no hemos elegido... Abrazos

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