viernes, 23 de marzo de 2018

Bye Bye Germany (2017) Sam Garbarski (2)



-“Dime la verdad, nada más que la verdad
- Si no maquilláramos un poco la vida sería insoportable”

Estos verdes son el color de la ambigüedad espacio temporal: un presente que no (se) ve nítido entre el pasado y el futuro: es el color del ensimismamiento pero también de la distancia, recorta las figuras pero difumina los paisajes, pierden en él fuerza los detalles de una vida indefinida entre la aurora y el ocaso, pero se acentúa la gradación de tonos, cada uno de ellos una posibilidad. En la película se ofrecen varios finales posibles. Como este





La cámara se queda quieta, respetuosa, enfoca a distancia, mientras David se aleja en la noche, cojeando a ratos, en un baile de claqué entrecortado, acomodando su paso al otro superviviente, protagonista, el perro cojo.

 Esta es la “verdadera historia” pero como advierte el texto sobreimpreso de la película no necesariamente la historia verdadera. “Esta es una verdadera historia y lo que no es totalmente verdadero sin embargo es cierto”. Prefiero traducir el “es stimmt” por viene a cuento, encaja. Un planteamiento equidistante entre la historia y la memoria histórica mediando el humor.

 “Alles ist so gewesen. Nichts war genau so” ponía en sobreimpresión Volker Schlöndorf en Die Stille nach dem Schuss (2000) para contar la vida, el sobrevivir, malvivir, de los ex terroristas de los años 70: todo ha sido así, pero nada fue exactamente así. Historias de supervivientes. Aquí cuenta la vida, el sobrevivir, de supervivientes de los campos de exterminio nazi. Si en el primero ya se concedía que todo fue así pero nada fue exactamente así, la conclusión del segundo es que la verdad tiene que ser “maquillada” si se quiere sobrevivir, así Moritz Bleibtreu, David. Se enfrenta la memoria de los hechos y los hechos de la memoria, la necesidad de contar cómo fueron las cosas para que no fueran exactamente así y viceversa. Es una necesidad del presente, el gran tiempo de la supervivencia, no el pasado ni el futuro, que solo sobreviven, a su manera, en él. Así fueron las cosas y así se las hemos contado para que no fueran exactamente así. Todo acaba dependiendo del lugar en que se coloque el “así”.

 Lógicamente, David no es creído, pero para eso también tiene una respuesta:
“Ni nosotros creemos lo que hemos vivido”.


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