“Imagine this scenario: you find
out that an artwork you admire a lot and
that you think was made by a human is actually the product of an artificial
intelligence. Would your aesthetic judgment change? Would you look, listen
or read the work with different eyes? If so, why? (And if not, why not?)” (Emanuele
Arielli. Artificial Aesthetics)
“ Aunque a una flor artificial pudiera
dársele la más acabada y engañosa apariencia de naturaleza, aunque la ilusión
de lo ingenuo en las costumbres pudiera llevarse hasta el máximo grado, al
descubrir que era una imitación quedaría sin embargo anulado el sentimiento a
que nos referimos.
De esto se desprende que tal manera de
complacencia en la naturaleza no es estética, sino moral; porque no es
producida directamente por la contemplación, sino por intermedio de una idea.
Tampoco se rige de ninguna manera por la belleza de las formas. ¿Pues qué
tendría por sí misma de tan agradable una insignificante flor, una fuente, una
piedra cubierta de musgo, el piar de los pájaros, el zumbido de las abejas?
¿Qué es lo que podría hacerlos hasta dignos de nuestro amor? No son esos
objetos mismos, es una idea representada por los objetos los que amamos en
ellos: la serena vida creadora, el silencioso obrar por sí solo, la existencia
según leyes propias, la necesidad interior, la unidad eterna consigo mismo”. (Schiller.Sobre
poesía ingenua y sentimental)
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