miércoles, 27 de septiembre de 2023
lunes, 18 de septiembre de 2023
miércoles, 13 de septiembre de 2023
domingo, 10 de septiembre de 2023
No siempre
"En pocos momentos revisé el conjunto de
mi carrera, sobre todo cinematográfica. Racismo, pedofilia, canibalismo,
parricidio, tortura y barbarie: en menos de una década, había escogido la flor
y nata de la casi totalidad de los mercados rentables. De todas formas era
curioso, me dije una vez más, que a los medios cinematográficos les hubiera
parecido tan novedosa la alianza de la maldad y la risa; en la profesión
no debían leer mucho a Baudelaire”. (La posibilidad de una isla)
domingo, 3 de septiembre de 2023
El espejo mágico
( M. C. Escher. El espejo mágico. Litografía 1946)
«No deseo describir nada místico.
Lo que cierta gente llama misterioso, no es sino un engaño consciente o
inconsciente. Todo lo que he querido hacer es jugar un juego, apurar hasta las
heces ciertos pensamientos visuales, con la sola intención de investigar los
medios de representación pictórica. Todo lo que ofrezco en mis láminas son los
informes de mis descubrimientos». ( Palabras de M. C. Escher. Citadas en el libro de Bruno Ernst El espejo mágico, p.14).
martes, 29 de agosto de 2023
jueves, 20 de julio de 2023
domingo, 16 de julio de 2023
¿Dónde está nuestro Robert Smithson?
Este título es una paráfrasis de la pregunta final -Where is our Passaic?- en el texto de Kazys Varnelis "Observations on Passaic". El autor hizo el mismo recorrido que Smithson, pero con diferentes resultados: ya no hay puente, ni "monumentos", la entropía ha dado paso al desarrollo. Aprovecha para reflexionar sobre el desvanecerse de algo que nos tocaba muy de cerca: la fascinación por los espacios vacíos, los huecos de la desindustrialización, desmontes, descampados, los paisajes de la ausencia, el terrain vague. ¿Dónde está nuestro Robert Smithson? El remoto pasado y el remoto futuro ya no salen al encuentro como antes, ya no se dan la mano.
miércoles, 12 de julio de 2023
Kundera
“Y
vuelvo a verlo tal como apareció ante mí no bien empezaba la novela. Está de
pie junto a la ventana y mira, a través del patio, la pared del edificio de
enfrente.
Esa es
la imagen de la que nació. Como dije ya, los personajes no nacen como los seres
humanos del cuerpo de su madre, sino de una situación, una frase, una metáfora
en la que está depositada, como dentro de una nuez, una posibilidad humana
fundamental que el autor cree que nadie ha descubierto aún o sobre la que nadie
ha dicho aún nada esencial
¿Acaso
no es cierto que el autor no puede hablar más de que de sí mismo?”
"Mirar con impotencia el patio y no saber qué hacer; oír el terco sonido de las propias tripas en el momento de la emoción amorosa; traicionar y no ser capaz de detenerse en el hermoso camino de la traición; levantar el puño entre el gentío de la Gran Marcha; hacer exhibición de ingenio ante los micrófonos secretos de la policía; todas esas situaciones las he conocido y las he vivido yo mismo, sin embargo de ninguna de ellas surgió un personaje como el que soy yo, con mi curriculum vitae. Los personajes de mi novela son mis propias posibilidades que no se realizaron. Por eso los quiero por igual a todos y todos me producen el mismo pánico: cada uno de ellos ha atravesado una frontera por cuyas proximidades no hice más que pasar. Es precisamente esa frontera (la frontera tras la cual termina mi yo), la que me atrae. Es más allá de ella donde empieza el secreto por el que se interroga la novela. Una novela no es una confesión del autor, sino una investigación sobre lo que es la vida humana dentro de la trampa en que se ha convertido el mundo. Pero basta. Volvamos a Tomás.”
"Si escribiese una novela sobre la generación de aquella gente capaz y radical le pondría como título La persecución del acto perdido "
domingo, 9 de julio de 2023
Hume en imágenes digitales
“I may venture to affirm of the rest of mankind, that they are nothing but a bundle or collection of different perceptions, which succeed each other with an inconceivable rapidity, and are in a perpetual flux and movement.” (Hume. Treatise of Human Nature)
Imagen del texto generada por IA
Imagen de Hume generada por IA
martes, 4 de julio de 2023
domingo, 25 de junio de 2023
jueves, 22 de junio de 2023
imágenes e inteligencia artificial
"What is specific to AI image generators is not the creation of the new, but rather their endless capacity to remix the history of art and imagery." (Kazys Varnelis en Lev Manovich. Facebook)
martes, 20 de junio de 2023
domingo, 18 de junio de 2023
Inteligencia artificial y Black mirror.
Los viejos arrepentidos de las nuevas tecnologías están encontrando una dura competencia con los nuevos arrepentidos de la inteligencia artificial. Hasta se apuntan al futuro negro los supuestos creadores. Otra vez el síndrome del moderno Prometeo, haciendo caja, por supuesto. Cansa ya un poco el remake ciberpunk del apocalipsis GPT. Léanse la directiva europea recién aprobada y se quedarán tranquilos respecto a la interesante posibilidad de hacer un uso responsable de la inteligencia artificial. En vez de entretenerse (es un decir) con viejunas dicotomías ochenteras sobre la antinomia de lo real y lo virtual, podían hacerse cosas de más provecho. Una sugerencia: atender a la larga lista de espera (llevan así unas temporadas) de los aquejados de derrame cerebral irreversible por las alucinaciones causadas al visionar repetidamente Black Mirror. ¿No lo creen? ¿Exagero? Vean el capítulo "Joan es horrible". Cumple lo que dice: es horrible.
sábado, 17 de junio de 2023
Lo que el jardín oculta
Lo que el jardín oculta es que se trata, en realidad, de una "granja de estiércol". Como en las charcas donde crecen los nenúfares, de ahí salen las mejores flores. Es un jardín admirable que no da ninguna alegría, excepto si a eso puede llamarse la satisfacción del trabajo bien hecho. La película es una metáfora desarrollada en imágenes y la voz en off: el jardín como el orden en o del caos. Mensaje de esperanza: las personas, como las plantas, tienen una segunda oportunidad, renacen.
jueves, 15 de junio de 2023
Cine de la escucha
Hay un cierto tipo de cine para ser premiado en Cannes, trabajar con él en el ordenador y no pisar las salas de cine. Decir que es cine lento habla más que de la película, de la lentitud de entendederas del supuesto “espectador”. Tampoco ayuda mucho la indagación metafísica de si se trata de una imagen tiempo o imagen movimiento, muy adecuada para perderse la película, el tiempo y el movimiento mismo. Finalmente, caracterizarlo como no narrativo es una forma deficiente de ser. Es lógico relacionarlo con la imagen, pero en el sobreentendido de que se trata de imágenes visuales. Sin embargo, lo propio de esta película no son ellas (y las hay, excelentes, con enfoques muy cuidados) sino las imágenes sonoras. Puedes cerrar los ojos y desaparece el paisaje visual, no puedes cerrar los oídos, el paisaje sonoro está siempre ahí bajo la forma de silencio, ruidos, sonidos, música... Ya no es un paisaje del entender como ver, sino del percibir como escuchar.
Estamos ante un cine a la escucha. Es un cine para salirse de las salas de cine por la dificultad de la tendencia natural a la identificación. Se puede leer sobre cine, pero el cine no se lee. Se percibe. Y es preciso mantener abiertas todas las puertas de la percepción, sin llegar por ello al dogma de la inmaculada percepción. De hecho, esta película hace un uso continuo del glitch sonoro, ofreciendo al final una clave irónica en tono de humor. Nadie se la cree y su misma burda apariencia en una búsqueda cuasi mística indica que es mejor no seguir preguntando, incluso ahorrarse unos diálogos sobre la memoria sonrojantes. En esta película hay dos películas, la última sin figura humana, es decir, sin narración, pero desde el tiempo de las cosas. Aquí el protagonismo ínfimo de lo sonoro cambia. Es una película de paisaje, pero de dos paisajes, el sonoro y el de la naturaleza, a veces coexisten, otras no, en todo caso, aquel de manera balbuceante.
Hay una película en la que la memoria del oído trata infructuosamente en convertirse en oído de la memoria. Silencio de oscuridad en la presentación, silencio de sombras en los primeros minutos, concierto memorable de alarmas de coche sin causa visible. Golpe sordo inopinado. Sonidos de la lluvia. Ruido de las calles. Hasta 18,24, más o menos, no aparece la música, la especie habitual de lo sonoro (“el sonido no es una canción, es difícil de explicar”). A través del bosque de sonidos urbanos, Jessica deambula con actitudes, acentos, que parecen ser normales para los que la rodean, pero que dan la sensación de una extranjería de sí misma. La cámara toma nota de ello, la sigue respetuosamente, y ofrece planos generales (muchos) y medios de su figura, de su solitaria búsqueda, andando, sentada, de espaldas, de frente, ensimismada, esperando algo, como esas mujeres de los cuadros de Hopper. Las cosas también la esperan, así los planos fijos de un piso y una escalera, de un cubo de cristal, solitarios, hasta que aparece, se queda un momento y se va, ellos siguen ahí después de la visita. El cuerpo, ligeramente inclinado, de Jessica parece estar en una escucha permanente, avanzando una mano convertida en signo de interrogación.
Ciertamente, la película se publicita como, además de bella, misteriosa. Esto último es una señal de identidad de las películas del director. Pero también conviene recordar, al menos para percibir esta, que lo misterioso no está en lo bello, ni tampoco en lo oracular de algunos diálogos, sino en lo sublime, inasible, oscuro, enigmático e incluso amenazador de la naturaleza elemental, no urbanizada.
Hay una transición desde la naturaleza urbanizada
con sonidos de riachuelo y tormenta acompañando unos diálogos demenciales. Edificantes
pero prescindibles. En ellos no anida el misterio sino el kitsch. Desaparece Jessica y cobra protagonismo otro paisaje, una
naturaleza elemental, de selva, montañas, sin sonido, de momento. Los planos
fijos de larga duración recuerdan a los encuadres de James Benning con
largísima exposición, sin figuras humanas, en los que no sucede nada, pero que obligan a estar atentos al acontecimiento
de ese mínimo desplazamiento de una nube hacia fuera del encuadre. Antes de que eso
suceda acaba la película. Casi inaudibles, a los pies de esa naturaleza sublime, estremecidos durante unos brevísimos instantes, afloran unos leves sonidos fuera de
campo.