sábado, 26 de enero de 2013

redes de indignación y de esperanza y nueva estética



“La conexión entre las redes sociales en Internet, las redes sociales en la sociedad civil y los medios de comunicación fue posible por la existencia de un territorio ocupado que afianzaba el nuevo espacio público en la interacción dinámica entre el ciberespacio y el espacio público” (p. 72)
“Obviamente, la tecnología no determina ningún movimiento ni ningún comportamiento social. Pero Internet y las redes de telefonía móvil no son simples herramientas, sino formas de organización, expresiones culturales y plataformas específicas de autonomía política”(p. 108-9).
“El origen de la convocatoria es menos relevante que el impacto del mensaje en los destinatarios múltiples y no específicos, cuyas emociones conectan con el contenido y la forma del mensaje. El poder de las imágenes es primordial. You Tube ha sido probablemente una de las herramientas de movilización más poderosas en las primeras fases del movimiento. Especialmente significativas son las imágenes de represión violenta por parte de la policía o de matones a sueldo” (p.214).
Manuel Castells. Redes de indignación y de esperanza. Alianza Editorial, Madrid, 2012.


Este libro es un buen ejemplo del giro de las tecnologías del YO a las tecnologías ciudadanas en el siglo XXI. Y de cómo se están creando nuevos imaginarios ciudadanos. Refleja la evidente indignación pero también deja abierta una puerta a una más que prudente esperanza. En este sentido prolonga trabajos suyos anteriores en los que las nuevas tecnologías son hoy día una posibilidad de emancipación. O de lo contrario: de hecho algunas de las revoluciones mencionadas en el libro están dando lugar a involuciones. Pero es un acierto su análisis de las condiciones del cambio: la unidad del espacio digital y espacio físico en los nuevos espacios públicos que se están creando, lejos ya de los dualismos virtual/real.



Me interesa mucho este enfoque ya que me parece insuficiente (en todo caso, puede ser complementaria) desde el punto de vista de la estética política la propuesta de la denominada "nueva estética" consistente en expresar "la erupción de lo digital en lo físico".




 El antiguo gurú del ciberpunk Bruce Sterling lo ha saludado así:


“Este es uno de esos momentos en los que el mundo del arte se acerca furtivamente a la tecnología visual y trata de hacerse metafísica. Este es el intento de imponer al público una nueva forma de percibir la realidad. [...] Con la Nueva Estética, están llegando a algo que más o menos se parece a una Weltanschauung. [...] Ante todo, la Nueva Estética dice la verdad. En realidad existen hoy en día muchas formas de imaginería que son modernas y pertenecen exclusivamente a esta época.”
“Ha sido un gran esfuerzo encontrar y reunir esta Wunderkammer de la Nueva Estética, pero un montón de vistosas curiosidades no crean una convincente visión del mundo. [...] James Bridle es un crítico a lo Walter Benjamin en la «era de la acumulación digital». Bridle lleva a cabo una valiente campaña de corta-y-pega que tiene el aspecto de una crítica tradicional, pero en realidad no es más que bloguear y usar tumblr. Su Nueva Estética se parece tanto a una crítica intelectual como en su momento se parecieron los productos industriales a los artesanales.” (Bruce Sterling)

Como se puede apreciar la cosa va en serio pues cita, nada menos, que a Walter Benjamin. La pregunta es: ¿volvemos otra vez al "dogma de la inmaculada percepción" del siglo pasado o se intenta algo más? Sería la diferencia entre la "nueva" estética de la percepción ( ¿o mejor la llamamos "pos"?) y la nueva estética política del cambio. 










jueves, 24 de enero de 2013

¿en qué quedamos?

"Uno encuentra normal en los antiguos filósofos que no solo se ocuparan de la Idea del Estado sino también del Estado mismo en que vivieron. Estos pensadores no fueron cosmopolitas abstractos sino auténticos patriotas. Ahora bien ¿ya no pueden ser los filósofos patriotas modernos? [...] Pero no hay que olvidar que la Praxis del filósofo es la Teoría" (Karl Rosenkranz, Bocetos de Königsberg, XLI-XLII)

lunes, 21 de enero de 2013

café David Lynch



buenos días y feliz cumpleaños

domingo, 23 de diciembre de 2012

martes, 18 de diciembre de 2012

miércoles, 12 de diciembre de 2012

martes, 11 de diciembre de 2012

sábado, 8 de diciembre de 2012

martes, 4 de diciembre de 2012

el último servicio del intelectual


Si queda alguno, el último servicio que puede hacer el intelectual es callarse. No prestar atención a los esporádicos titulares en que se pregunta dónde está, se inquiere por su silencio y se reprocha su traición, la dejación de sus responsabilidades. Resistan, ya quedan pocos y queda menos todavía.

Recomiendo el visionado del vídeo en que Risto Mejide dialoga con Agustín Fernández Mallo sobre redes sociales. A preguntas de la ágil reportera con voz de pito el “inclasificable” (sic) responde que no tiene ni idea de lo que son las redes sociales, tampoco sabe muy por qué está allí, pero se ha construido un personaje, una marca y sabe venderse, y bien vale la pena averiguarlo. Agustín, con su habitual bonhomía, le observa con sonrisa de conejo.

Acostumbrados a las habituales soflamas del PPP (Patéticos Pensadores PRISA) esta declaración es, como suele decirse, un soplo de aire fresco. Quizá sea un jeta, pero al menos no engaña. Los autodenominados intelectuales tienen desarrollado ese apéndice porcino hasta extremos inimaginables: no abandonan ni con aceite hirviendo la primera persona al exponer algo y se ahogan en la autocita. Su vocación es llegar a ser tertulianos, a poder opinar sobre todo sin la menor preparación, pero con la máxima contundencia.

En este momento, en que el ciudadano padece más la incompetencia que la corrupción, uno siente nostalgia de la “barbarie del especialismo”. En una sociedad tan compleja no necesitamos a los intelectuales de antes con sus análisis y recetas simplistas. Tampoco a los cantamañanas de ahora. Necesitamos especialistas baaaárbaros (así, con acento argentino) que, al menos, sepan de lo que hablan. 

viernes, 30 de noviembre de 2012

lunes, 26 de noviembre de 2012

domingo, 18 de noviembre de 2012

día mundial de la filosofía



Como la lechuza de Minerva me he enterado del Día Mundial de la Filosofía 2012 cuando ya ha pasado el día.

 En un principio me ha sorprendido gratamente que dediquen también otro día a una especie en peligro de extinción con el lema "las generaciones futuras". Está bien sentirse especie protegida. Genera confianza, y lo estamos notando en la subida de las matrículas universitarias.

 El discurso de la directora general es alentador. Especialmente este párrafo:

 "Al celebrar el Día Mundial de la Filosofía, la UNESCO se propone reafirmar que la filosofía tiene el poder de cambiar el mundo, pues está dotada de esa capacidad de transformarnos, dando mayor peso a nuestras indignaciones ante la injusticia, más lucidez para formular las preguntas que incomodan, más convicción para defender la dignidad humana. Es la clave de un nuevo humanismo".

 Como filósofo estoy muy interesado desde hace años en un nuevo humanismo. Pero, ¿cuál? No es lo mismo uno que otro. Especialmente dada la tendencia de mis congéneres a dejarse morir, a la necrofilia.

 Me lo confirma el cartel anunciador del evento: una visita a un cementerio repleto de lápidas y bibliografía, naturalmente en papel.

 ¿Dónde están los problemas que preocupan a la gente y los nuevos medios para acercarnos a ellos, abordarlos y,sobre todo,proponer alternativas. Nos hacen falta menos Sócrates  de Halloween y más filósofos de su tiempo.

 De todas formas, he aumentado el pixelado del cartel, lo he hecho más borroso, por si  alguien de las generaciones futuras se acerca a mirar intrigado.... y pica. Lamento tener que usar esta estrategia de sucursal bancaria, pero si no llegamos a 20 nos cierran.

sábado, 17 de noviembre de 2012

jueves, 15 de noviembre de 2012

lunes, 12 de noviembre de 2012

la calma tras la guerra



Tomado de Die Welt, 12-11-2012

sábado, 10 de noviembre de 2012

viernes, 9 de noviembre de 2012

viernes, 2 de noviembre de 2012

lo eterno del arte comercial



“La modernidad es lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, la mitad del arte, cuya otra mitad es lo eterno lo inmutable”(Baudelaire)

“Estas afluencias (hacia la desdramatización de lo feo, hacia la nueva sacralización-mitologización del arte, hacia la semisecularización de lo bello) están unidas por el aparente abandono de la indisolubilidad del vínculo entre lo bello y lo feo como condición para cualquier juicio sobre la obra de arte. En cualquier caso, se ha relajado el resorte conceptual que mantenía en fuerte tensión estos conceptos, de suerte que parecen mezclarse y entrecruzarse sin tener ya fronteras conflictivas” (Remo Bodei).

jueves, 1 de noviembre de 2012

Prácticas artísticas e internet...

"Y si debemos reclamar como una propiedad prioritaria de la red del futuro la libre circulación del conocimiento, es ya una propiedad esencial de ésta hoy la libre circulación del sentimiento".

Muy recomendable este nuevo libro de Juan Martín Prada. Bien informado, con una argumentación siempre equilibrada y excelentemente escrito, supone un cambio y un avance respecto a sus libros anteriores. No hay mucho escrito sobre este tema y, desde luego, muy poco con la calidad de este libro.

miércoles, 24 de octubre de 2012

viernes, 19 de octubre de 2012

lunes, 15 de octubre de 2012

romanticismo negro

Samuel Colman, Vor dem Weltuntergang, 1837.

Leo en la prensa que hay en Frankfurt una macroexposición sobre el "Romanticismo oscuro". A la oportunidad de la misma se añade el que sea precisamente en Alemania, a la que se le suele identificar con el romanticismo luminoso, especialmente por su primer romanticismo.

Si el romanticismo luminoso es el alma de la publicidad, el negro lo es de nuestras distopías, en particular de las tecnológicas. Citan un frase de Baudelaire, el gran tardorromántico, es decir, moderno: "El romanticismo es una gracia, una gracia divina o infernal, que nos ha marcado con estigmas indelebles".

Esta mañana hablábamos en clase del lado oscuro de lo sublime, de los costes humanos en la publicidad y la propaganda política. Lo sublime es el diagnóstico de la catástrofe desde una distancia de seguridad. El cuadro de Colman, que no conocía, es un magnífico ejemplo de ello: hundimiento del mundo contemplado serena y (hasta cabe suponer) deliciosamente por un individuo que acodado sobre unos libros muestra una leyenda. Es de 1837, pero resulta extrañamente actual. Enciendo la radio, pongo la televisión y le veo y oigo: es un tertuliano. Diserta sobre lo mal que está el presente y que no hay futuro: el mundo se hunde a sus pies mientras pasa por caja.

lunes, 8 de octubre de 2012

ambigüedad sin límites

Estoy trabajando en la actualización para enero del año que viene de Guía de Complejos. Estética de teleseries. Hay sorpresas. De momento, una encrucijada, y es un giro del tratamiento del tema de la ambigüedad en la ficción. Un adelanto de la perplejidad.







"- Todos me felicitan como si hubiera hecho algo estupendo. Le he dado fuerte. Estaba esposado. No sé dónde está el límite.
- Tienes mucho poder ahí fuera. Si no puedes controlarlo quizá no deberías estar aquí. Oye, cuando salimos de la Academia pensamos que todo es blanco o negro, pero no lo es. Vivimos en el gris. Vivimos ahí. Ahora sabes de lo que eres capaz."

Este diálogo entre John Cooper, oficial tutor, y Ben Sherman, policía novato, pone un final rápido al período de aprendizaje de este. Estamos ante un Meister de Goethe para Academia de Policía.

Primeras impresiones

Es todo un ejercicio de guía en la complejidad a través de un discurso del límite.

Segundas impresiones

 Algo ha cambiado. Ya no se trata del límite como línea móvil, tampoco como la rígida que se cruza o no. No estamos, y es una novedad de este tiempo, (Southland no es la única) ante series negras, herederas de la novela negra o el film noir. Se trata de series grises. La diferencia es muy importante. Hay un discurso del límite para un mundo en blanco y negro, pero falta otro para el mundo en gris. Ya las imágenes van por delante mostrando calles, comisarías, agentes, ciudadanos de varias clases sociales, prácticamente sin efectos especiales. Es el límite en lo cotidiano, no lo extraordinario.

Terceras impresiones

Se trata de la ambigüedad sin límites, es decir, sin referencia al tema del límite. Ya no tiene que ver con el "trans" del transgredir. Tiene que ver con un término al que se asocia ahora la ambigüedad en estas series, y es la palabra "monstruo", lo que carece de límites. Pero esta, a su vez, no responde al tópico. Asociamos el monstruo con el Prometeo del Mal, cuando es el Proteo del Mal.
El delincuente transgrede la ley humana, el monstruo carece de la humanidad del límite. Pero el monstruo es un momento de nosotros mismos, una posibilidad, reflejado en el espejo. Los policías en estas series no temen al delincuente, es su razón de ser, pero retroceden espantados ante el monstruo. Y, por ello, abandonan o están tentados de ello: "soy lo que soy porque hago lo que hago" (Wallander) Así en The Closer, así en Wallander, así el primario Frank de Breaking bad. Mr.Walt White (WW) es  Heisenberg, no Walt Whitman. El gris es el color de la gente corriente, es decir, de los monstruos cotidianos. Hay que volver a leer a Ingrid Noll.  Pocas obras literarias me han desconcertado más.

lunes, 1 de octubre de 2012

Hay futuro por delante



El chiste de Ramón en Hermano Lobo fue publicado el 2 de agosto de 1975. En septiembre de ese mismo año moría Franco y se abría el período conocido como "La Transición". El chiste ha sido evocado hasta hoy en numerosas ocasiones como muestra de la desafección ciudadana hacia los políticos, pero también cabe verlo como la respuesta de los mismos ante ella, ayer y hoy. Las posturas no pueden ser más encontradas: si los ciudadanos piensan que no hay futuro con los políticos, estos creen que tanto el futuro como la ausencia del mismo pasa por ellos. Cubren todo el espectro, la utopía y la distopía. Menos uno, el verdaderamente importante, el de las utopías limitadas.

La actualidad del chiste estriba precisamente en su capacidad paradójica, lo que le hace interesante en que nos sume en una contradicción. Se publica en el año de una dictadura moribunda como protesta contra sus políticos devenidos ya en dañinos, más que nada, por corruptos e inútiles. Es un acto de protesta contra la dictadura. Ahora su actualidad parece residir, desde el punto de vista de los políticos, en que son unos fascistas los que se manifiestan contra ellos, y pretenden supuestamente cercar, invadir o, para decirlo en términos propios, "secuestrar" el lugar en que reside la soberanía popular que ellos representan. El caos. No falta (persona sensata donde las haya) quien haya aludido a una situación pre Tercer Reich.

 Si grave es la situación, no es menos la irresponsabilidad de los análisis. Vamos a la parte que nos toca a cada uno. Pertenezco a esa generación llamada de "La Transición" que ha dado algunas de las mentes más lúcidas y críticas del panoramna actual, pero también a otros tantos merluzos mediáticos de considerable tamaño que no nos ahorran sus remunerados análisis catastrofistas para proponer (¿como alternativa?)sus recetas buenistas.

Mi especialidad son los imaginarios estéticos que operan en la sociedad de las nuevas tecnologías. He escrito libros sobre las distopías tecnológicas cuando estaban operantes, ahora no las veo por ninguna parte a mi alrededor, quedan para despistados de otro siglo. Afortunadamente, dado su carácter totalitario. La gente quiere ahora decidir, hacer, no se conforma. Las consideraciones nihilistas de Bauman, Baudrillard, Virilio etc., me parecen sencillamente de marcianos para entender el momento que estamos viviendo. Estéticamente hablando, el futuro peor ha dejado de ser rentable en el siglo XXI. No es cierto que la gente que se manifiesta o no se manifiesta crea que no hay futuro. A lo que se niegan es a que se les niegue el futuro; a que pase por esos "elegidos" que remedian el caos distópico que ellos mismos han provocado con más caos todavía. Ni los quieren a ellos ni tampoco al caos, quieren un futuro ciudadano, un futuro suyo.