viernes, 12 de febrero de 2021

una cita, un tópico (1)

 


“The safest general characterization of the European philosophical tradition is that it consists of a series of footnotes to Plato. I do not mean the systematic scheme of thought which scholars have doubtfully extracted from his writings. I allude to the wealth of general ideas scattered through them” (Whitehead).

A veces solo merece la pena citar algo más para deshacer un malentendido no para apoyarse en otro. El conocido texto de Whitehead se ha convertido en un tópico abreviándolo así “La historia de la filosofía occidental es una serie de notas a pie de página de Platón”. Y no se pasa de ahí, lo que conlleva una simplificación muy empobrecedora. Por el contrario, lo que viene a continuación (incluso más allá del texto citado) explica que el autor no quiere entrar en una discusión académica con la historia de la filosofía académica sobre Platón, sino únicamente subrayar lo fructíferas que han sido todas esas “ideas generales” que salen de sus textos llegando hasta hoy. Pertenecen a la tradición filosófica europea, según él, y para no entrar en conflictos territoriales con la Academia me atrevería a sugerir que también forman parte de algo más acorde con esas “ideas generales” como es el pensamiento occidental. Aunque parezca mentira, el pensamiento no es patrimonio de la filosofía. 


En esa línea cabría decir que los imaginarios estéticos de las nuevas tecnologías elaborados en el pasado siglo y todavía en este tienen una gran dependencia de Platón y en concreto del mito de la caverna, descripción seminal de la condición humana. La caverna digital es ya un tópico al alcance de todos. En estética de las nuevas tecnologías sus imaginarios no son verdaderos o falsos sino ficciones que son operativas o no. Y es indudable que la poética platónica sobre las imágenes expresada en el citado mito ha tenido una gran influencia. Me remito a lo fácil, a la asimilación que se hizo entre el mito y el mundo Matrix, vía Baudrillard, cuyo ejemplar está en la biblioteca de Neo. La expresión de Burroughs “sobredosis de imágenes” en Expreso Nova hizo fortuna para caracterizar el agobio de la multiplicación de imágenes tecnológicas que conducían inoculadas como virus a una “existencia terminal”. El aparente mundo feliz del inconsciente “prisionero de las imágenes” en la caverna audiovisual se escenifica en El show de Truman y así sucesivamente… Para no perdernos (en) el Ciberpunk.

Hay todo un imaginario ligado a la poética platónica de la imagen que la ve como símbolo engañoso de una realidad oculta o inexistente. Ha sido una idea fecunda de gran fuerza operativa en los imaginarios estéticos de las nuevas tecnologías y no tiene sentido discutir académicamente si es correcta o no esa interpretación en este caso. Funciona. Pero con matices. Y son precisamente esos matices los que me interesa destacar en una serie de post sobre la primera temporada de la serie The capture. La razón principal es que hay un choque inesperado. Pocas veces encontramos un punto de confluencia entre las tecnologías del yo de tradición platónica y las tecnologías ciudadanas a propósito de las imágenes. Y aquí saltan chispas de inteligencia en la confrontación.


miércoles, 30 de diciembre de 2020

jueves, 10 de diciembre de 2020

domingo, 15 de noviembre de 2020

Señor Derrida, ¿cree usted en fantasmas?



                                                    Respuesta






"Recorres Europa, los continentes, aviones, fax, teléfonos, correo en las cuatro
esquinas del mundo. Es duro, es duro. Es agradable, pero es duro.
También hay que trabajar a pesar de todo, además. No se puede
vender siempre la misma mercancía. Hay que inventar, leer, imaginar. Porque sin eso, no están contentos, dicen que los tomas por
imbéciles. O que vas para abajo". 

martes, 27 de octubre de 2020

el humanismo digital de bankia












"De eso se desprende que el ideal estético del acuerdo categórico con el ser es un mundo en el que la mierda es negada y todos se comportan como si no existiese. Este ideal estético se llama kitsch.
Es una palabra alemana que nació en medio del sentimental siglo XIX y se extendió después a todos los idiomas. Pero la frecuencia del uso dejó borroso su original sentido metafísico, es decir: el kitsch es la negación absoluta de la mierda; en sentido literal y figurado: el kitsch elimina de su punto de vista todo lo que en la existencia humana es esencialmente inaceptable." (Kundera. La insoportable levedad del ser)

Trabajando sobre textos de la última moda, no ya "Humanidades digitales", tampoco "Humanidades postdigitales"  sino Poshumanidades digitales, que es lo que parece se lleva ahora (18.51 horas), vuelvo a tener la misma impresión de siempre cuando se trata de humanismo y nuevas tecnologías: trabajan con un tópico de humanismo sesgado, idealista, antropocéntrico y de estética kitsch que no tiene nada que ver con la complejidad del otro humanismo, el de la indignidad humana, el humanismo del límite, que arranca desde el Renacimiento, inmune a las simplezas de Heidegger y copistas pero oscurecido por ellas.