Hermoso tríptico del silencio, del límite que ilumina pero no alcanza el faro,de la luz sobre la jaula de un pájaro disecado, de una puerta que se cierra y se abre al tacto... En realidad no importa si cae la torre o la casa o incluso la madera de la puerta, lo que importa es ese vacío, el límite como un desagüe que nos propicia un salto intenso en una huida hacia el mar o el silencio.
Parece también el lugar donde vivía el protagonista de la primera novela de Sánchez Piñol, La piel fría. No sé de qué película es, pero espero que el argumento no sea igual... Sácanos de la ignorancia, maestro.
Pertenecen a "El hombre de Londres" de Béla Tarr. Me interesan mucho ahora estas imágenes del tiempo lento en el que la imagen no es un símbolo, sino una invitación a ver.
Parece la morada del alter ego de Coetzee
ResponderEliminarHermoso tríptico del silencio, del límite que ilumina pero no alcanza el faro,de la luz sobre la jaula de un pájaro disecado, de una puerta que se cierra y se abre al tacto...
ResponderEliminarEn realidad no importa si cae la torre o la casa o incluso la madera de la puerta, lo que importa es ese vacío, el límite como un desagüe que nos propicia un salto intenso en una huida hacia el mar o el silencio.
G.
Parece también el lugar donde vivía el protagonista de la primera novela de Sánchez Piñol, La piel fría. No sé de qué película es, pero espero que el argumento no sea igual... Sácanos de la ignorancia, maestro.
ResponderEliminarPertenecen a "El hombre de Londres" de Béla Tarr. Me interesan mucho ahora estas imágenes del tiempo lento en el que la imagen no es un símbolo, sino una invitación a ver.
ResponderEliminartodas las imágenes, por definición, son invitaciones a ver, independientemente de.
ResponderEliminarver símbolos es un prejuicio racional infeccioso
callada quietud,
ResponderEliminarrobusta escarcha
y la pregunta
cómo sostener la escarcha un sólo cuerpo.
-(algunos versos de un Poema de A.b.v)