miércoles, 8 de julio de 2009

Tarkovski y los funerales de Michael Jackson

De vez en cuando algún incauto me pregunta, más que nada por cumplir, que en qué trabajo. Grave error, es como interesarse por la salud de un pensionista. Antes de que inicie la huida suelo contestarle que en estéticas cognitivas. Como suena raro, y hasta casi una perversión, le confundo más diciéndole que la estética no es más que una peculiar sensibilidad para nuestro tiempo, vamos, algo así como una forma de ser para saber estar.

Aprovechando que no se recupera le espeto que el conocimiento que busca la estética está basado en la percepción, en una síntesis de sentimiento y entendimiento. Lo que da como resultado un pensamiento en imágenes, es decir, un pensamiento corporal de objetos.

Como veo hacerse algo de luz en sus ojos le fulmino conminándole a que no nos confunda con los esteticistas. No me refiero a las respetables tiendas de belleza y centros fitness, sino a los agentes comerciales de distinto signo: políticos, religiosos, publicitarios en general. Sólo en ellos está unido indisolublemente lo estético y lo ético por criterios de mercado. Frente a ello insisto en la necesidad de elaborar criterios icónicos de responsabilidad estética. La pregunta del millón es en qué consisten esos criterios icónicos. Es muy fácil la respuesta, con los ejemplos siempre por delante.

Estamos asistiendo estos días a una auténtica corrupción mediática de mayores y menores. No me refiero a los escándalos políticos de distinto signo convertidos en arma arrojadiza, sino a todo el tiberio pornográfico montado con ocasión de la muerte y funerales de Michael Jackson. Descanse en paz. No es el primero, pero sí alcanza dimensiones colosales. Lo que debiera haberse celebrado en la intimidad familiar e incluso la clandestinidad, habida cuenta de la catadura moral del sujeto, se convierte en un circo mediático por la convergencia de intereses de distinto signo. Y ahí lo modélico (estético) se vende en el mismo pack con lo ejemplar (ciudadano). ¡Era el Rey! ¡Admirable educación para la ciudadanía! Ya pueden desgañitarse luego los educadores en las aulas.

En el aparente otro extremo de polución esteticista uno intenta por obligación volver a ver una película de Tarkovsky, Nostalghia. Tarea difícil. Por un lado, las apropiaciones de Comunión y Liberación, New Age y similares edificantes, por otro, el cineasta enfadado repitiendo por enésima vez que él no es religioso, menos romántico, no busca símbolos en sus películas y, sobre todo, que está en contra de toda interpretación conceptual de su obra, que sus imágenes deben percibirse, no entenderse. Y, sin embargo… En fin, esto de la estética cognitiva se está convirtiendo cada vez más en tarea de alto riesgo.

7 comentarios:

  1. Reza el dicho: “Muerto el perro se acabo la rabia”.
    Con esto no quiero decir que a los difuntos se les suela perdonar todos los pecados cometidos en vida –siempre y cuando no estemos hablando de dictadores y genocidas, por otra parte, famosos- por aquello de “no hacer leña del árbol caído” o “dejar que los muertos -definitivamente indefensos- descansen en paz”. Además, tenemos o hemos desarrollado cierto tipo de escrúpulos ante la muerte (y quizá no sólo ante la muerte), que no nos permiten quedarnos en el respeto (hacia “la/s memoria/s del difunto”, hacia los posibles buenos recuerdos que otras personas supuestamente tengan de él), sino que nos incita a trascender el respeto hacia el mito, de modo que acabamos decantándonos bien por la versión amable de la persona fallecida, bien por la versión deleznable.
    Quizá, estemos hablando de un comportamiento muy común entre los seres humanos, que, en un caso como el del funeral de Michael Jackson, adquiere dimensiones totalmente grotescas. No lo sé. Y quizá, (tampoco lo sé) cuando usted habla de los riesgos de dedicarse a la estética cognitiva, se esté refiriendo a que, en el fondo, preferimos conservar cierto halo de mito y simbolismo, los venerables oropeles y fastos con los que decoramos las grades ocasiones, asícomo quién se empeña en conservar año tras año los adornos del arbolito de navidad; a pesar del mal gusto.

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  2. Imagen de un "rey" que no quería pasar de príncipito y adorado por eso mismo. Con su permiso, propongo otra del estilo: Imágen del vacío: Un estadio lleno de gente contemplando un futbolista. Muchas gracias.

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  3. ¡Me gusta la anotación! ¡Cómo me fastidia que en los (mis) años de formación no pudiera acceder a este espacio reflexivo con la claridad y excitación que lo planteas en esta nota!. Dice:"criterios icónicos de responsabilidad estética". ¡Dios, ese podría ser mi tema!(No nos entusiasmemos). Cuestión: ¿Cómo introducir en las imágenes y sus pensamientos el elemento de la civilidad responsable, la ética y el cuidado comunitario sin destruir la propia fuerza "sapiencial" de esas imágenes?.

    Enhorabuena,

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  4. Visto lo visto, estética cognitiva, criterios icónicos de responsabilidad...
    Creo que los intereses mediáticos laten a un son peculiar, de descaro impoluto.
    La muerte debe taparlo todo, no obstante, probado o sin probar la cuestión es otra.
    ¿Podríamos elevar a los altares, a quien sabemos de buena tinta no lo merece?
    Me crispa la hipocresía de esos, que una vez uno ha muerto, le dicen al familiar !con lo bueno que era!

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  5. Fui alumno suyo de sus asignaturas optativas en Salamanca (Creaciones lierarias y Nuevas tecnologías), y debido a mi circunstancia no acudí a ninguna de las primeras clases (en las que supongo que te presentarías y dirias algo de tu persona). Voy a tomar los primeros párrafos de este artículo como la presentación que pude haberme perdido.
    Un saludo.

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  6. Bueno, esos días, más que presentarme, represento,
    saludos, anónimo

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  7. Tarkovsky - tarea díficil. Exagerado, casi llega al nivel del menosprecio. El intento motivado por la "obligación" sería más bien orgullo, amor propio, <>.

    Aparentemente debería ser justo lo contrario. Y Realmente lo es. ¿Por qué? En el texto está la solución. [Corrupción] ¿De qué tipo?

    Parece estar en tu otro extremo <>. Pensar en líneas. Y para no alargarnos, ni era religioso.

    Estética-Cognitiva-¿Tautología?
    Ave María y Rayuela.

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