domingo, 25 de abril de 2021

siluetas (4)

 

En ciertos planos Assayas replica otros de Fanck ¿Qué busca con ello? ¿“Reencontrar el gesto del genio” como Mastroianni en Más allá de las nubes? La tradición de los críticos de Cahiers du Cinéma convertidos en directores permite esperar una peculiar relación entre palabra e imagen, de texto dentro del cine y cine dentro del texto. Y también con la vida. Quedan ecos de los años sesenta en que, parafraseando a los argonautas, no es que el cine sea la vida, sino que hacer cine es necesario, vivir no. Pero ello más que borrar los límites lo que hace es entrar en una ambigüedad en la que vida y obra se entremezclan, con más fortuna para unos que para otros.  Más que la narración lineal lo que prima entonces es el tiempo dentro del tiempo, el bucle más que su detención, el teatro dentro del cine y este en aquél. Una palabra que se oye a menudo a Assayas es la de “complejidad” para señalar las contradicciones de la vida y de la obra. Estas no se anulan unas a otras especialmente con la protagonista María Enders en la que la exposición de y a las mismas constituye su forma de vida. Se trata de una obra de teatro dentro de una película, texto y palabras dentro de imágenes, no una película sobre una obra de teatro.

En realidad, lo más llamativo de la película de Assayas es como mezcla todo. Es estar siempre en los límites en la línea en que se tocan, pero no se funden y confunden.   María Enders se encuentra presa entre su antiguo papel de Sigrid y el actual de Helena, entre la juventud y la madurez, no puede volver a uno y no se resigna al otro. De hecho, lo odia por lo que significa de debilidad, mediocridad y dependencia de la más joven. Le confiesa María a Klaus que todavía siente que es Sigrid, libre, destructiva e inconformista. Klaus le contesta que Sigrid y Helena son la misma persona. No le gusta la Helena de entonces, tampoco ella como siendo ese personaje, porque las divas son, al fin y al cabo, sus papeles. De hecho, no puede recitar su propio texto sin excitarse, trastornándose emocionalmente, no vale que le digan que solo es teatro.





La palabra representación es sustituida aquí por interpretación, en la primera se trata de los personajes de la obra, en la segunda de la obra de los personajes. La película juega con ese territorio intermedio entre la representación y la interpretación, un nuevo territorio de nadie que, como la hendidura, se puede atravesar o caminar por ella si se quiere salir del lugar. A María se la ve preparar el personaje, pero no se la ve actuar ni en el teatro ni en la película. Las nubes por la hendidura del río, de la montaña han dado paso a una silueta. La definición de contornos es otra hendidura. María seguirá, nada hay más fuerte que las siluetas. 










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