Una excelente película de Santiago Mitre (2011) destruida en el último minuto, con esta última escena y una palabra de dos letras. Una lástima.
Hasta ese momento era una película política sobre política universitaria, no militante, una película de formación sobre el camino de un estudiante de la revolución a la gestión. Con un final previsible en estos viveros de futuros políticos. En el camino asambleas universitarias en las que se mezclan el pragmatismo y las soflamas con retórica de otro tiempo, miserias sobre el cabildeo de y con los estudiantes sin los que hoy día no sale nadie Rector en la Universidad. Magnífica fotografía, sexo dosificado y una ambigüedad sabiamente calculada con estética de documental hacen a esta larga película muy recomendable. Hasta el final edificante.