jueves, 13 de septiembre de 2012

micrologías

Este es un libro de Federico López Silvestre que le hubiera encantado leer a Benjamin: pasmosa erudición al servicio de la buena literatura. Con la inquietante Núremberg al fondo.

domingo, 9 de septiembre de 2012

la economía cultural de Europa

Si las noticias económicas que vienen de Europa son desoladoras, los remedios culturales que algunos proponen son deprimentes, no por culturales, sino porque intentan ser remedios. Uno de los últimos que acabo de leer es la propuesta de Martin Walser. ¿En qué mundo vive esta gente? me pregunto.



Hace años se dijo que había sido un error promover la integración económica de Europa sin haber llevado a cabo antes la cultural, aprovechando para construir el futuro su gran tradición. Ahora se intentan apaciguar las tensiones Norte- Sur, conjurar la desaparición del euro, no llevar todavía más al límite la cuarentena de Grecia, apelando a la común tradición, identidad cultural europea, que no se puede perder a consecuencia de la crisis económica. Y a continuación viene la catarata de citas. Me sigo preguntando, ¿mienten o son unos inconscientes?.


Si algo positivo tiene esta crisis económica es, entre otras cosas, el dejar en evidencia que no ha existido, existe, ni es deseable que haya en el futuro, una tradición e identidad cultural europea.

Repárese en el subrayado de una. Cuando Walser cita a Hölderlin, nuevamente se está haciendo un ejercicio de lamentable provincianismo cósmico a costa de Europa, si además lo enlaza con su Grecia, es un fake. Para saber lo que es Grecia no hay que leer hoy a Hölderlin sino ver las películas de Angelopoulos.


La complejidad cultural de lo que llamamos Europa, por sus orígenes y la inmigración, tiene poco que ver con tradiciones inexistentes e identidades imposibles e indeseables. Hemos convivido matándonos en nombre de la cultura, lo que no es el mejor recordatorio para seguir ayudándonos en la economía.

No se debe enfrentar lo cultural y lo económico. Europa merece la pena, no por lo que no fuimos, sino por lo que podemos ser. Y esto es tanto un tema de cultura económica como de economía cultural.





lunes, 3 de septiembre de 2012

viernes, 24 de agosto de 2012

nuevo proyecto disponible

Primera entrega del proyecto
Descarga libre aquí

martes, 21 de agosto de 2012

Prometheus



Salí de la película mudo de asombro sin saber qué decir. Delante de un cuadro evito, si puedo, al crítico, y busco, si hay suerte, el making of del artista. No suele defraudar. Recuerden aquel festival de los DVD en la versión extendida de El Señor de los anillos. Ahora hay una diferencia decisiva respecto a intentos anteriores: el 3D. Nos permite realizar el viejo sueño del espectador desde Velázquez: circular entre las imágenes. Con todas las limitaciones que se quiera. Falta aún la tecnología que nos ayude a experimentar lo que me ha pasmado leer en las cartas de Van Gogh de su cuadro Los comedores de patatas: huele mal. La crítica académica suele perfumar los cuadros. Algo de ello he sentido cuando se inspira en él  Bela Tarr para su maravilloso El caballo de Turín. Nos falta todavía la tecnología para saber sentir estas creaciones de atmósferas.

Prometheus es, ante todo, un festival de imágenes audiovisuales. Gracias a ello se convierte más en una película espacial que temporal. Desde ese punto de vista me parece una película excelente, que ha sabido prolongar la estética Giger, sin demasiadas alusiones explícitas que la reduzcan al papel de precuela. Esta condición eminentemente audiovisual, técnica, establece una diferencia con otras películas de ciencia ficción basadas en novelas de la segunda mitad del siglo XX, algunas de las cuales todavía se han estrenado en este siglo. Abuso generalizado de los efectos especiales y de las frases trascendentales (viene a ser lo mismo) eran algunas de sus características. No exclusivas, como puede comprobarse por las poluciones de autoayuda del Batman en horas bajas de Nolan o las especulaciones estomagantes de Spielberg, fruto de su debilidad (malsana) por la infancia.

 Lo de menos en esta es el guión, con incoherencias dignas de Lost, posiblemente debidas a a la inestimable contribución de Lindelof. Ya se sabe que cuando un relato empieza a no tener ni pies ni cabeza se dice que responde algunas preguntas y abre muchos otros interrogantes. Tampoco empalaga mucho la carga pseudometafísica a cargo de unos científicos con síndrome de ET agravado en  niño de IA. Apenas unas reflexiones infantiloides sobre el creacionismo para contentar a la clientela USA: Prometeo nos creó, pero (atentos) ¿quién creó a Prometeo?. Hay también una exhibición repetida de la cruz que la hará digna de ser incluida en la remozada asignatura de Educación para la ciudadanía... En fin, la aportación viene por otro lado, y es lo que la hace una película del siglo XXI.

Lo interesante de sus imágenes es que ellas solas introducen una complejidad en la ciencia ficción como ha habido pocas hasta ahora. Bien es verdad que recoge, más que aporta, y que se benefician de una trayectoria de la misma, especialmente a través de las teleseries, las grandes renovadoras de la tradición. El cierre de Falling skies promete. Así, la figura de Prometeo queda resaltada en toda su ambigüedad mitológica: un Titán cabronazo, altruista pero poco de fiar en cuanto a sus últimos propósitos. Otro androide irónico, posmoderno, David, que guarda sus distancias interesadas con los seres humanos, demasiadas,  muy distinto del inocente Data que se pasaba toda la serie de Star Trek piando por ser humano. Se la jugará a la tontorrona Dra. Rapace. Y está la gran constante ya de la ciencia ficción en este siglo: la indignidad del ser humano. Dentro de poco hasta los Aliens no querrán nuestra carne. Del futuro peor de la vieja ciencia ficción hemos pasado al peor de los orígenes en la nueva.

lunes, 13 de agosto de 2012

martes, 7 de agosto de 2012

sábado, 4 de agosto de 2012

martes, 31 de julio de 2012

lunes, 30 de julio de 2012

miércoles, 25 de julio de 2012

martes, 17 de julio de 2012

recomendable



Nobleza obliga. He criticado en varias entradas la baja calidad de los artículos sobre nuevas tecnologías publicados en las páginas centrales de El País.

No es el caso del magnífico trabajo de Antonio Fraguas: "Usted ya no lee ni escribe como antes"
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/16/vidayartes/1342469862_997252.html
 
y destaca el excelente apunte de Javier Celaya: "Reaprender a leer y escribir en la era digital"

 
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/16/vidayartes/1342470400_086502.html

domingo, 15 de julio de 2012

l'ennui



                            C'est l'Ennui!- L'oeil chargé d'un pleur involontaire,
                            Il rêve d'échafauds en fumant son houka
                            Tu le connais, lecteur, ce monstre délicat,
                            Hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère

martes, 10 de julio de 2012

matices





Sequía de teleseries. Hace tiempo acabó la 5 temporada de Mad men. Deberian cancelarla antes de que la oficina se convierta en la isla de Lost. Penosa, se caía de los ojos, con un Don Draper recién recasado corriendo como pollo sin cabeza por los capítulos. Incluso hay uno edificante, a costa de Joan. Este fin de semana vuelve Breaking bad. En The Newsroom los diálogos se atropellan, de puro brillantes. Recuerdan a Studio 60.

martes, 3 de julio de 2012

no le falta razón

"La introducción masiva en las representaciones de referencias, de burla, de doble sentido, de humor, ha minado rápidamente la actividad artística y filosófica, transformándola en retórica generalizada" (Houellebecq)

sábado, 30 de junio de 2012

jueves, 28 de junio de 2012

proyectos

"¿Para qué llevar a cabo los proyectos, si el proyecto ya es en sí mismo un goce suficiente?" (Baudelaire).

viernes, 22 de junio de 2012

domingo, 17 de junio de 2012

Hopper


El lunes pasado tenía la guardia baja. Siempre aplico a las imágenes la recomendación de Adorno de que un pensamiento solo es verdadero si va contra sí mismo.Es decir, un pensamiento en imágenes solo es verdadero si va contra las imágenes del pensamiento.

 Estaba viendo Hatufim, y saltaba de esas imágenes a las de Homeland, sin lograr establecer ninguna relación icónica. Entendí que el prerrafaelita Damian volviera loca a Carrie, pero ¿cómo relacionar sus imágenes de Cristo torturado al gusto americano por Al Qaeda con los pobres soldados israelíes degradados hasta extremos inconcebibles? Y entonces surgió la imagen de Yael en la cama, incapaz de superar el no regreso de su hermano. Y funcionó el principio de asociación con la de Hopper. La puse. No debí hacerlo.

 He recordado que durante años he tenido en el salvapantallas del ordenador en la Facultad la imagen de Hopper Camino del Maine. ¿Por soledad, incomunicación? Menos lobos.Estoy como un rey, maldiciendo los recortes. He mirado abajo en el blog  y he visto que tengo un recopilatorio de Hopper con música de Tom Waits. La gloria.

 ¿Entonces?

 Antonioni, Tarkovsky y tantos otros insistieron en sus entrevistas que si quieres sentir una imagen tienes que dejar toda esperanza, mística, simbólica, metafísica, para sentirlas directamente, sin la mediación conceptual. En vano. La gente no renuncia a ponerse existencialmente estupenda. Yo, al menos, lo intento. Cuando veo las figuras de Hopper no pienso en la soledad, incomunicación y todas esas zarandajas existencialistas, sino que siento a unas personas ensimismadas, en compañía de la mejor de las soledades, que poca veces se nos permite: estar simplemente a gusto con uno mismo. No sufren, están disfrutando de sí mismas, y eso me hace buscar también su compañía.

viernes, 15 de junio de 2012

el triunfo de la voluntad

Durante años he seguido en silencio los artículos de Enrique Rojas Marcos, psiquiatra residente en Nueva York sin salir de España. Eclipsado momentáneamente por los pensadores de El País, ha publicado hoy en El Mundo un suelto con el título "La importancia de la voluntad", del que no me resisto a citar alguna de sus perlas, dignas de figurar en el manual de El pequeño saltamontes:

"5. Toda educación de la voluntad tiene un fondo austero, sobrio y costoso especialmente cuando se está comenzando. Los ríos desbordados y caudalosos de la juventud deben ser conducidos por un cauce que disciplina los impulsos y agavilla su volumen. Ahí tienen su puesto los padres por un lado y los educadores, por otro. Las grandes ambiciones, las mejores aventuras brotan de un pequeño riachuelo que crece poco a poco descendiendo la montaña y que se hace ancho y crecido en el valle."


De lectura imprescindible para el ministro Wert y el responsable de los anuncios del Banco Sabadell.

lunes, 11 de junio de 2012

miércoles, 6 de junio de 2012

el olor a tiempo

“Esta noche había en el aire un olor a tiempo. Tomás sonrió. ¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva, y una voz muy triste, y unas gotas sucias que caen sobre cajas vacías, y un sonido de lluvia. Y aún más, ¿a qué se parecía el tiempo? A la nieve que cae calladamente en una habitación oscura, a una película muda en un cine muy viejo, a cien millones de rostros que descienden y descienden en la nada. Eso era el tiempo, su sonido, su olor. Y esta noche ( Y Tomás sacó una mano fuera de la camioneta), esta noche casi se podía tocar el tiempo”. Bradbury, Ray. Crónicas marcianas. Minotauro, Buenos Aires, 1976, p. 110-111.

¿A quién le interesa preguntar qué es el tiempo, si se puede oler, oír ? Si sabemos a lo que sabe el tiempo.
Como decía Obélix:  están locos estos filósofos.

Era el poeta de la ciencia ficción. Descanse en paz.


martes, 5 de junio de 2012

indignación estética


Varias cadenas de radio y televisión han abierto con una noticia que nos ha sobresaltado: "!Botin es un hortera!", bramaba un tertuliano, y otro ha divagado durante largo tiempo sobre su falta de ejemplaridad, de saber estar. Todos ellos han censurado que se atreviera a saludar al Rey con ese atuendo. Los mismos, o parecidos, que no hace mucho ponían a caldo a Su Majestad por el asunto del elefante. Las demandas de ejemplaridad no cesan. Hay quien ha creido ver una cierta dejadez en la vestimenta, otro lo ha minimizado señalando que se trataba de un encuentro no protocolario sino casual. Pero no ha faltado quien ha percibido una señal de prepotencia en la actitud, llamando la atención sobre las similitudes con el comportamiento de Felipe González, quien gusta a veces de acudir a reuniones de mandatarios y colegas de partido en ropa de sacar la basura, mostrando de este modo el aprecio que le merecen los asistentes. En fin, como quiera que sea, la impresión es que se la tenían guardada. Decía Ortega que la estética es siempre una cuestión política, y quienes por préstamos, cuentas y publicidad no han puesto reparos en público a ideas o actuaciones de este u otros banqueros, no vacilan ahora en proclamar a los cuatro vientos que no están dispuestos a aguantar ni un minuto más la vista de las canillas de Don Emilio.

viernes, 1 de junio de 2012

Estética de teleseries. Actualización disponible ya


Actualización disponible ya. Gracias, una vez más, a Jara Calles por la revisión y a Carlos Rodríguez Gordo, que lo diseñó.