sábado, 1 de noviembre de 2008
Imágenes de palabras
“La camarera fue detrás del mostrador. Bloch puso las manos encima de la mesa. La camarera se agachó y abrió la botella. Bloch apartó el cenicero. La camarera cogió al pasar un posavasos de otra mesa. Bloch echó la silla hacia atrás. La camarera sacó el vaso del cuello de la botella, puso el posavasos sobre la mesa, colocó el vaso encima del posavasos, vació la botella en el vaso, puso la botella en la mesa y se marchó. ¡Otra vez igual! Bloch ya no sabía qué hacer”. (Peter Handke. El miedo del portero al penalty).
Al leer el texto he tenido una experiencia estética similar a la de los cuadros de Cézanne, más que en la serie sobre la montaña Saint-Victoire, en sus bodegones: una pintura del tiempo de los objetos sin sentimientos. El ideal de todo texto pictórico: un retorno a (de) las cosas, salvadas momentáneamente del narcisismo sentimental del sujeto.
Las imágenes de las palabras son aquí como instantáneas disparadas rítmicamente por una cámara emplazada en sitio fijo, en plano único. Aburren, todo parece igual, no hay (inter) acción. Suceden (las) cosas, pero no se narran historias, simplemente se cuenta lo que se ve. Lo más difícil de todo.
Ahora entiendo la definición que da el personaje de una película de Wenders, la propietaria de un cine cerrado a la espera de tiempos mejores: es el arte de ver que consiste (completa el autor) en el acto de ver.
Parece poco. No estoy tan seguro. No es un acto inocente, y de hecho, se ha vuelto bastante complicado. Pero ¿más que las retorcidas deconstrucciones al uso en filosofía, literatura y cine?.
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Vendría a ser como la búsqueda de la verdad platónica, no?
ResponderEliminarCasi nada!
Saludos
son escenas sin carga de juicios, solo se narra únicamente lo que pasa, como la vida misma, ¡PERO NO! Cuando uno hace de cámara que observa a su al rededor lo que ocurre es que sin querer ya está proyectandoprejuicios sobre lo que se mira (esa mujer es mayor, a ese hombre le gusta el fútbol, esa niña es preciosa, etc.).
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo en que sea lo más difici de hacer, sino lo más ambiguo pues el abanico de posibilidades se muestra casi hasta el infinito.
Saludos,
Jorge
¿No sería más bien una verdad antiplatónica?
ResponderEliminarNo la esencia detrás de las imágenes, sino en las imágenes mismas, en lo que pasa, sin fundamento inmóvil
Tiene razón Jorge, como la tuvo Millás en uno de sus cada vez más escasos momentos brillantes: "toda cámara es un emplazamiento moral". Saludos.
ResponderEliminarNo veo la propuesta como una búsqueda platónica de la verdad sino, más bien, como el acto de contar imágenes, más que de narrar historias.
ResponderEliminarY sí, son imágenes sin la carga de los juicios, pero llenas de prejuicios, como no podía ser de otro modo. Somos nuestro prejuicios.
¿A eso lo llamamos moral?
La verdad platónica pretendía liberarse de las conjeturas - creo -. ¿Qué son si no los prejuicios?
ResponderEliminarSaludos
No quisiera dejar de mencionar que el texto de Handke me lleva inmediatamente al poema "Desayuno", de Jacques Prévert.
ResponderEliminarSaludos atentos
Gracias, Teófilo, no lo conocía y me parece excelente.
ResponderEliminarSaludos
En mi opinion esa vieja tecnica de "copiar" la realidad en literatura es terriblemente aburrida. No es que este en contra de contar las cosas utilizando mil tecnicas diferentes pero no veo el sentido a querer contar la realidad con palabras como si fuera una camara la que hablara. La literatura "recrea", es decir, vuelve a crear, o "crea" una realidad distinta a la que vemos sin necesidad de arte. Por lo tanto que estupidez es esa de querer escribir lo que se ve, sin mayor artificio. A quien le interesa leer eso mas que al propio autor que experimenta. A mi no, desde luego.
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