Ese rostro desocultado de entre la tierra y los escombros, como un especimen de otra era,tiene en sus ojos vacíos la no-mirada de una efigie picassiana.
Qué comentario más cruel... Me recuerda a los altos mandos de "Senderos de gloria" que hablaban de los hombres que iba a morir en las trincheras como si fuesen simples ratones...
Quizás algún Dios, el suyo, el mío... ¿el mío?. Seguro que echó sobre su cuerpecito el primer puñado de tierra. Son los dioses los encargados de proteger a los desamparados ¿o no?
Salvo que yo no soy un alto mando, ni he mandado a morir a nadie y mucho menos he matado. Tampoco soy Kubrik, que fue quien nos mostró todo eso que mencionas. La crueldad es otra cosa, no creo que mi comentario merezca tal calificativo. Puede que te parezca desprovisto de emocionalidad o sentimentalismo, pero es sencillamente la postura que me lleva a tomar un distanciamiento que me parece pertinente desde una perspectiva estética. Otra cosa es que como ser humano de carne y sangre esté en contra de toda crueldad con el resto de los seres humanos.
A los dioses (ya se llamen Artemisa, Tláloc, Teutates, Ah Puch, Yavhe, Jesucristo, Historia Universal o Progreso) se les rinden sacrificios en altares de piedra.
¿No es ya de por si la fotografía un acto de crueldad? Ahora que el debate sobre la ética del observador ha alcanzado puntos álgidos, que las imágenes de crueldad han saltado del simulacro a la mostración más pornográfica en los medios, el acto del fotógrafo o documentalista es en sí mismo una "impertinencia pertinente" en un mundo desprotegido ante el ojo de la cámara. (El ojo que todo lo ve y lo atestigua).
Fram, gracias por la aclaración y, sobre todo, por el tono conciliador en el que ha sido dicha. A mi lo que me repugna más o menos no son las imágenes en sí -que también-, sino determinadas interpretaciones que pretender separar el hecho horroso de la imagen -si lo hay- de su presunto contenido estético -si lo hay-. Como no soy esperto en la rama de la estética no sé hasta qué punto ésta debe separarse de la ética y de la poli(é)tica, y hasta qué punto dicha separación contribuye a reformar o disminuir el valor de la imagen en sí misma. E insisto: gracias por las aclaraciones y por el tono -que con tanta facilidad suele perderse por los senderos de la red-. Un saludo.
A los temas importantes solemos llegar algo tarde profe, en ocasiones únicamente nos quedan las fotografías, al menos para recordarlo. No sé qué diría Ratzinger de la imagen que presentas, si no es católico, apostólico y romano a lo mejor lo analizaría desde otra perspectiva. Quién sabe. Ya que Fram hablaba de las efigies picassianas, a mi los ojos de los muertos me recuerdan a los retratos de Modigliani. Saludos J.L.
Todos los días mueren miles (http://www.poodwaddle.com/clocks2es.htm) Si desenterráramos a cientos, decenas serían niños. Y todos presentarían semejante faz. Nosotros también mostraremos un rostro - para el otro vivo - que, esperemos, despertará su piedad ( o su asco o su indignación) ¿El mundo no es bello ni bueno? La muerte nunca ha sido obstáculo para la visión.
(Respecto a la lince- bebé- niño muerto, cabe toda asociación y que siga la bola: geranio, ruina romántica, montaña, guijarro, capilla Sixtina, ritual... Todo lucha por nuestra protección. Despiadado el mundo. No por ello calle el poema).
Imagen cual dice más de nosotros que nosotros mismos. ¿Crueldad? Aquella perspectiva que llena de vacio, oscuridad, el espacio entre... ¿Espanto? Ante la luz que permite ver a nosotros mismos... (Francisco Carvalho, desde Brasil)
con el link que ha posteado el profesor Molinuevo, queda aclarada la pregunta sobre quién protege a ese niño de la imagen. De positivo extraigo que día a día la Iglesia vaticana (esa empresa sin escrúpulos que vende la vida eterna a cambio de una hipoteca vitalicia) muestra más el plumero. Qué caradura.
Ese rostro desocultado de entre la tierra y los escombros, como un especimen de otra era,tiene en sus ojos vacíos la no-mirada de una efigie picassiana.
ResponderEliminarQué comentario más cruel... Me recuerda a los altos mandos de "Senderos de gloria" que hablaban de los hombres que iba a morir en las trincheras como si fuesen simples ratones...
ResponderEliminarQuizás algún Dios, el suyo, el mío... ¿el mío?. Seguro que echó sobre su cuerpecito el primer puñado de tierra. Son los dioses los encargados de proteger a los desamparados ¿o no?
ResponderEliminar¿Echar la culpa de todo a los dioses o a Dios?
ResponderEliminarPara mi que ya esto no es sostenible hoy.
Saludos.
Manuel
Salvo que yo no soy un alto mando, ni he mandado a morir a nadie y mucho menos he matado. Tampoco soy Kubrik, que fue quien nos mostró todo eso que mencionas. La crueldad es otra cosa, no creo que mi comentario merezca tal calificativo. Puede que te parezca desprovisto de emocionalidad o sentimentalismo, pero es sencillamente la postura que me lleva a tomar un distanciamiento que me parece pertinente desde una perspectiva estética. Otra cosa es que como ser humano de carne y sangre esté en contra de toda crueldad con el resto de los seres humanos.
ResponderEliminarSaludos, anónimo.
A los dioses (ya se llamen Artemisa, Tláloc, Teutates, Ah Puch, Yavhe, Jesucristo, Historia Universal o Progreso) se les rinden sacrificios en altares de piedra.
ResponderEliminarSyM
¿Quién le debía proteger? ¿De qué?
¿No es ya de por si la fotografía un acto de crueldad? Ahora que el debate sobre la ética del observador ha alcanzado puntos álgidos, que las imágenes de crueldad han saltado del simulacro a la mostración más pornográfica en los medios, el acto del fotógrafo o documentalista es en sí mismo una "impertinencia pertinente" en un mundo desprotegido ante el ojo de la cámara. (El ojo que todo lo ve y lo atestigua).
ResponderEliminarFram, gracias por la aclaración y, sobre todo, por el tono conciliador en el que ha sido dicha. A mi lo que me repugna más o menos no son las imágenes en sí -que también-, sino determinadas interpretaciones que pretender separar el hecho horroso de la imagen -si lo hay- de su presunto contenido estético -si lo hay-. Como no soy esperto en la rama de la estética no sé hasta qué punto ésta debe separarse de la ética y de la poli(é)tica, y hasta qué punto dicha separación contribuye a reformar o disminuir el valor de la imagen en sí misma. E insisto: gracias por las aclaraciones y por el tono -que con tanta facilidad suele perderse por los senderos de la red-. Un saludo.
ResponderEliminarA los temas importantes solemos llegar algo tarde profe, en ocasiones únicamente nos quedan las fotografías, al menos para recordarlo. No sé qué diría Ratzinger de la imagen que presentas, si no es católico, apostólico y romano a lo mejor lo analizaría desde otra perspectiva. Quién sabe.
ResponderEliminarYa que Fram hablaba de las efigies picassianas, a mi los ojos de los muertos me recuerdan a los retratos de Modigliani.
Saludos J.L.
La fotografía es la contrafigura de esto:
ResponderEliminarhttp://www.alchata.es/wp-content/uploads/2009/03/cartel_contra_aborto.jpg
Dios mío, ¿en qué mundo vivimos?
ResponderEliminar¿Cómo es posible que haya 10 comentarios? ¿Cómo es posible poner una imagen así? Es horrible. No quiero volver a verla.
¿Qué en qué mundo vivimos?
ResponderEliminarEl profesor José Luis no puede decirlo, ni más claro, ni más alto: en un mundo que no es ni bello ni bueno, sin duda.
Todos los días mueren miles (http://www.poodwaddle.com/clocks2es.htm) Si desenterráramos a cientos, decenas serían niños. Y todos presentarían semejante faz. Nosotros también mostraremos un rostro - para el otro vivo - que, esperemos, despertará su piedad ( o su asco o su indignación) ¿El mundo no es bello ni bueno? La muerte nunca ha sido obstáculo para la visión.
ResponderEliminar(Respecto a la lince- bebé- niño muerto, cabe toda asociación y que siga la bola: geranio, ruina romántica, montaña, guijarro, capilla Sixtina, ritual... Todo lucha por nuestra protección. Despiadado el mundo. No por ello calle el poema).
(Somos retinas hipersensibles. Somos retinas perversas)
Imagen cual dice más de nosotros que nosotros mismos. ¿Crueldad? Aquella perspectiva que llena de vacio, oscuridad, el espacio entre... ¿Espanto? Ante la luz que permite ver a nosotros mismos... (Francisco Carvalho, desde Brasil)
ResponderEliminarCall for papers:
ResponderEliminarTolle Lege - Revista Internacional de Estudiantes de Filosofía
con el link que ha posteado el profesor Molinuevo, queda aclarada la pregunta sobre quién protege a ese niño de la imagen. De positivo extraigo que día a día la Iglesia vaticana (esa empresa sin escrúpulos que vende la vida eterna a cambio de una hipoteca vitalicia) muestra más el plumero. Qué caradura.
ResponderEliminarNegar la verdad de la realidad ofrece muchas rutas y todas conducen a lo mismo: lo inevitable.
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