jueves, 28 de octubre de 2010

lunes, 25 de octubre de 2010

viernes, 22 de octubre de 2010

miércoles, 20 de octubre de 2010

abismos




Sólo han pasado 9 años pero son un abismo en el tratamiento de la estética de las nuevas tecnologías. Más que las teorías, estas dos películas saben marcar las diferencias, a favor de la segunda, a pesar de las intenciones edificantes de la primera. Una gratísima sorpresa, pero no aislada, como puede verse en algunas series. Algo está cambiando y, por primera vez, tengo la sensación de que el siglo XXI está encontrando sus propias imágenes como las encontró en sus comienzos el XX. No son nada del otro mundo, pero precisamente porque son de este mundo.

lunes, 18 de octubre de 2010

miércoles, 13 de octubre de 2010

miércoles, 29 de septiembre de 2010

jueves, 23 de septiembre de 2010

filosofía

Los filósofos están para ayudar a pensar el mundo en que vivimos, no para obligar a pensar como los filósofos que ya no viven en este mundo.

viernes, 17 de septiembre de 2010

miércoles, 15 de septiembre de 2010

jueves, 9 de septiembre de 2010

¿ciudadanía digital? no, gracias.

Cuando uno empieza a leer textos en los que se habla de que vivimos en un mundo globalizado, en una época de vertiginosos cambios, que exigen una adaptación a las exigencias de las nuevas tecnologías...tiene ya la sensación de entrar en un preámbulo que promete un cúmulo de vaciedades y lugares comunes.
Si, además, alguno se apoya en una cita de oidas y mal hecha de Heráclito ("El filósofo Heráclito decía que nunca te bañas en la misma agua del río")entonces la ceremonia de la confusión está garantizada. Heráclito patrocinaba una mentalidad de río, no pensamientos de bañera (digital).
http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Gutierrez-Rubi/Somos/rastros/reputaciones/digitales/elpeputec/20100908elpeputec_4/Tes

"Nuestra ciudadanía digital será más relevante que nuestra ciudadanía política o cívica".

La terminología del "ser digital" (Negroponte) hace tiempo que ha quedado obsoleta, así como la de las utopías digitales de la Costa Oeste de California, y la desafortunada de Prensky entre nativos e inmigrantes digitales.

Estamos ahora, en el siglo XXI, no hace 20 años, en las tecnologías ciudadanas,invisibles de puro cotidianas, para gente corriente, integradas en la vida ordinaria, que requieren un lenguaje sensato, en las que lo que importa no son ellas mismas, sino qué se hace con ellas: no nos interesan ya tanto las tecnologías de la información, ni las de la participación, como las de la decisión...ciudadana. Y ésta no puede estar en manos de "expertos" ocupados en hacer declaraciones para el sempiterno "día del orgullo geek".

Me extraña mucho esta entrevista para introducir un libro del que es coautor el muy apreciado Juan Freire y que prologa un respetado Francis Pisani. Se agradece su descarga gratuita y me pongo a la lectura.

Pero, entretanto, ciudadanía digital, no gracias. Ciudadanía real con medios digitales. Siguiendo a Heráclito, el agua puede ser distinta, pero el río es el mismo, el de la ciudanía. Lo digital está para potenciar lo real, forma parte de ello, no para sustituirlo.

viernes, 3 de septiembre de 2010

La neurociencia y ...



Nuestra educación ha sido y es romántica, todavía más en la imagen que en la palabra. Cuando la cruda realidad hace caer las hojas amarillas del sentimiento, es la hora de los blockbusters, y la hipersensible alma romántica echa de menos el infinito que le ha sido amputado, le duelen sus miembros fantasmas, como al capitán Achab la pierna que le comiera Moby Dick. Es la hora de la araña, de la hermenéutica sin fin, del vacío que duele, de los sueños. Es la hora del origen.

El autor de este magnífico libro nos muestra cómo el poeta Whitman adivinó "que el alma está hecha de carne" y que "cuando cortamos carne, también cortamos alma".

La neurociencia lleva camino de convertirse en la versión más exitosa del transhumanismo. Una de sus aplicaciones es la neuroestética. De lo que llevo leído hay dos cosas que no me convencen: en lo cognitivo vuelven a la teoría de la abstracción (Zeki) y en la teoría de las neuronas espejo referidas al arte resucitan la vieja teoría de la empatía.Hay más reparos, como la utilización de nociones obsoletas de estética y arte. En los casos mencionados, ambas son de difícil aplicación en las lógicas de pensamiento borroso o el arte no figurativo.

Con todo, se encuentran propuestas muy interesantes. Así, en el capítulo dedicado a Cézanne, el autor arroja luz sobre uno de los emigmas que perviven en filosofía y en estética. La generación del 14, de Ortega a Heidegger, afirma que lo que quieren hacer ellos es lo que ya ha llevado a cabo Cézanne. Todo gira en torno a una palabra suya, "realización", que cada cual interpreta a su manera.

Aquí se toma la palabra como creación del espacio del "entre" la sensación y la representación, es decir de la ambigüedad. Tema éste del que he leído un espléndido trabajo de Zeki, "The neurology of ambiguity". El cuadro de la montaña Saint-Victoire visto desde Lauves sería un ejemplo de presentación de lo real antes de que lo interprete el cerebro. No es la realidad desnuda de las manchas de colores, tampoco la realidad ya interpretada, sino ese momento "entre" ambos. Los cuadros son necesariamente inacabados y vacíos, que el cerebro intenta rellenar mediante la interpretación.




Lehrer inserta su libro en la propuesta de una Cuarta Cultura, superadora de dicotomía de Snow y de la Tercera resultante, a la que, con razón, presenta objecciones. Su propósito es situarse entre las humanidades y las ciencias, sin los reduccionismos de cada una de ellas.

De acuerdo. ¿Pero no sería entonces mejor hablar sólo de Cultura a secas?
Ante algo que nos interesa deberíamos preguntarnos, no de dónde viene, sino ¿me es útil?

jueves, 26 de agosto de 2010

Godard


Es la mejor biografía que he leído en los últimos años. No por el tema tratado sino por cómo lo hace. No porque sea un fan de Godard (que no lo soy) y su lectura me haya gratificado. El interés y el gusto no son lo mismo: es el abc de las estéticas cognitivas. Detesto las biografías como hagiografías. Mienten.Y suele ser el género habitual. Al fin y al cabo, como decía Ortega, la biografía es el sistema en el que se armonizan las contradicciones de una existencia. Todo lo contrario de lo que sucede aquí. Las diferentes etapas de una obra compleja, que juega a la paradoja y a desmentirse a sí misma (como el tan citado de que el travelling es una cuestión moral), se iluminan en la pormenorizada descripción de su “dificultad de ser”. En cierto modo, como se ha dicho, si hay una obra es porque su genio es más fuerte que él, que su voluntad de autodestrucción.

Vida y obra se trenzan en un laboratorio de formas, un experimento sin fin: desde la Nouvelle Vague siguiendo por el grupo Vertov y sus ensayos como virtuoso de las nuevas tecnologías, en especial del vídeo, hasta el fiasco más reciente del Pompidou. Todavía ahora sorprende lo último hecho. Godard vive de sobrevivirse a sí mismo: creación que niega la memoria alimentándose de ella. Con una voluntad férrea de estar en su tiempo, de ser contemporáneo a destiempo, creando nuevas formas, imágenes, la auténtica “política”, según él.

En cierto modo, el autor ha aplicado el método Godard a Godard. A lo largo de casi mil páginas de apretada lectura hace un análisis de su trayectoria como un ejemplo genial de creación crítica y, por ello, el libro es desde las primeras páginas una recreación crítica de la misma. Merece la pena subrayarlo una vez más, ya que lo interesante, al menos en estética, son los ejemplos ejemplares y no las vidas ejemplares.

¿En qué ha sido, entre otros, un ejemplo ejemplar Godard?. En algo que subyace a las últimas películas de directores de la “modernidad melancólica” (que dejé fuera en “Retorno a la imagen”) como Antonioni, Wenders, Herzog, Tarr, Jarmusch, Lynch…, con mayor presupuesto, stars, y ruido mediático. Es el intento de “aprovecharse del sistema, ser mejor que él y seguir siendo uno mismo”. Parece como si habláramos de ahora mismo y de otros.

domingo, 22 de agosto de 2010

lunes, 9 de agosto de 2010

La estética The Wire


En materiales he colgado el texto. Es un borrador del que preparo para Miradas de cine,y forma parte de un capítulo del próximo libro.

viernes, 6 de agosto de 2010

El origen, decepción.

Acabo de ver la película. Mi impresión es que se trata de las aventuras del Equipo A contadas por Zizek: mal rollo lacaniano y esteticismo en los efectos y afectos especiales. Nolan, más que un extractor, es un predator de ideas e imágenes ajenas. Ya lo señalé a propósito de El caballero oscuro en este mismo blog.

martes, 3 de agosto de 2010

domingo, 25 de julio de 2010

€®O$


€®O$ es el título, de un simbolismo barroco minimal, capaz de alojar en este libro el máximo de inteligencia en un mínimo de espacio. Nada de lo contemporáneo le es ajeno.

Su lectura debería ser de obligado cumplimiento en la puesta al día de hábiles reporteros de revistas culturales que a estas alturas del sampleado todavía tienen el cuajo de hablar de “cultura de masas” en el siglo XXI, o plantear preguntas capciosas que un niño de teta sortea ya con desgana: ¿quieres más a mamá (alta) o a papá (baja cultura)?. En este sentido es magistral la descripción que hace Fernández Porta de la mutación que experimenta la marca existencialista “vacío” desde la “subjetividad de lujo” del Nuevo Cine Alemán a lo más arrastrado de las películas de adolescentes con picores, con pausa obligada en las reflexiones esencialistas que se destilan en un bar de cañas.

La mutación ha entrado en un tercer estadio: antes lo importante era el tema, más tarde el cómo, la forma, ahora ni siquiera es el ponerse en lugar del otro, sino en ser otro sin dejar de ser uno mismo, es decir, de Prometeo a Proteo. La metamorfosis no es fácil. Lo que el libro muestra es que estamos acostumbrados a leer con las gafas de los conceptos cuando en realidad vemos con los ojos de las emociones. Incluso la mejor filosofía de la historia de la filosofía es travestismo emocional reprimido que sólo ahora se atreve a salir del armario. Es puro concepto emocional, sabia administración conceptual de los afectos, más aún, mercantilización de los mismos en los conceptos. Siempre han jugado con las emociones despistándonos con los conceptos. Como en los anuncios publicitarios. Por ello su recepción nos convierte en seres frágiles y desvalidos, con una escritura a medio camino entre Hegel y Corín Tellado. Nos sentimos estupendos, pero da vergüenza ajena. O no, como diría Rajoy.

En la cruzada paródica de la jerga de la autenticidad que Fernández Porta lleva a cabo en sus libros le toca esta vez el turno a Heidegger. Es lo mejor que se ha escrito desde la pesada broma teutónica de Günter Grass en Años de perro. Muy recomendable para doctorandos iberoamericanos incipientes, aunque los ingresados en la secta sean ya inmunes. Aquí el entrañable “rey oculto” (Hanna Arendt) de la Selva Negra es presentado como miembro de la facción gallega de la boina. Se repasan citas inolvidables como “El hombre es un ser de lejanías”, frase cursi donde las haya, popularizada en España por el casticista Umbral. Y, ya metidos en la jerga de la autenticidad, ¿para cuándo Eloy la parodia de Walter Benjamín, la Belén Esteban de las citas blogueras modelnas?. A fin de cuentas, ¿quién no ha tenido alguna vez veinte años? ¿quién no ha citado al menos diez veces en vano La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica?

Si acaso llama atención un poco (no sabemos si es otra parodia) la terminología vintage que se usa con frecuencia en el libro, como la de “capitalismo de consumo”, de la mano de autores venidos a menos como Baudrillard o el promiscuo Zizek, o el deslucido Deleuze. Que yo recuerde en España sólo la maneja un situacionista rezagado, autor contumaz de kilométricos manifiestos cabreados, a la espera de un puesto que no acaba de llegar. Con ánimo de ofender, (pues sé de la manía de Fernández Porta al término) yo diría que ha escrito un libro humanista (en el sentido de Houellebecq) e ilustrado, una pieza clave en la crítica de la emoción, de los afectos, del “¡atrévete a sentir!”, que estamos esperando nada menos que desde Ovidio.

jueves, 22 de julio de 2010

siempre creedence



El look resulta algo kitsch, las letras nada especiales, lo psicodélico incomoda un poco y sin embargo...
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Estoy dándole vueltas al concepto de posproducción. Lo veo claro en la cultura analógica y las asociaciones con la vieja teoría del montaje. Pero no en el caso de la cultura digital, donde quizá sería más apropiado hablar ya de preproducción.En fin...veremos.

domingo, 18 de julio de 2010

Close up.







No es el Kiarostami de películas con niño (pace Erice), tampoco el de la estética rural del ontotontólogo de turno, sino el de cine en estado puro, el verdadero cine de imágenes.

Como la película va de un frustrado Doppelgänger de director de cine aprovecho para compartir el enlace que me ha pasado Vicente Luis Mora, gracias Vicente.
http://www.youtube.com/watch?v=h5rLtFYEiPc&feature=related

lunes, 5 de julio de 2010

Nuevo libro.Retorno a la imagen.Descarga gratuita.



Para su descarga aquí.

Quiero agradecer a Jara Calles y Carlos Rodríguez Gordo su valiosa ayuda en la edición del libro.

viernes, 2 de julio de 2010

Fin de la aventura


Un preciso encuadre y una maravillosa composición.

También la plasmación icónica del final de otra aventura.

Dentro de unos días colgaré en este blog mi libro Retorno a la imagen (Estética del cine en la modernidad melancólica) para su descarga gratuita.

viernes, 25 de junio de 2010

The Wire



Quiero "compartir" (como dicen mis amigos chilenos) con ustedes una experiencia. He pasado unos buenos momentos leyendo la introducción y declaraciones de David Simon sobre la serie, asintiendo todo el rato. Al final, he descubierto que me habían robado la cartera.

Haciendo memoria, creo que ha sido después de leer que The Wire es una tragedia griega posmoderna. Una frase genial, que me ha emocionado. Puro marketing. Una mezcla explosiva propia de esas papelinas a las que tan aficionados son algunos llamados filósofos, y que dan como resultado escritos de fumados.

Una frase genial y una sandez intelectual. Al parecer, se trata de explicar con ella que, si en el mundo griego eran los dioses olímpicos quienes decidían el destino de los humanos, ahora lo hacen las instituciones de diverso signo. No suena mal. Sólo que en la cultura griega nunca decidieron los dioses el destino de los humanos. El destino lo decidía EL DESTINO. Y los dioses, a diferencia de los humanos, podían conocerlo anticipadamente, pero nunca torcerlo. Y, además, estaban LAS MADRES, allá en el fondo, que tanto intrigaran a Goehte en el Fausto.

No se me reboten, que no va la cosa de erudición. Va de que Simon presume todo el rato de "progre", de que se trata de una serie "crítica"...y de eso nada. También de que el tema es la CIUDAD... y tampoco, si acaso la zona Oeste de Baltimore. Si metes el tema del destino, entonces poco margen queda para la autonomía y capacidad de cambio de los seres humanos, excepto de servir de espectáculo a los olímpicos y a los posmodernos de obediencia francesa.

Y, sin embargo, es la mejor serie que he visto. De ella, antes de canibalizarla en un próximo trabajo académico, me quedan muchas imágenes. Una es la del post anterior: el límite como lugar de encuentro en un sofá de extremos que se tocan convirtiendo en sala de estar esos parquecillos de (la) nada en nuestras ciudades, verdaderos sí lugares para mucha gente.

miércoles, 23 de junio de 2010