“Todo es bello mientras no nos importa[...]La vida no es nunca bella, sino que solo lo son las imágenes de la vida, a saber, en el espejo transfigurador del arte y de la poesía" (Schopenhauer. El mundo como voluntad y representación)
"Los hombres, en su bajeza disfrazada de desamparo, solo se convencen, dice Oehler, de que quieren su vida, cuando en realidad jamás quieren su vida...Nadie quiere su vida, dice Oehler, cada uno se conforma con su vida, pero no la quiere, una vez que tiene su vida, dice Oehler tiene que fingirse que su vida le importa algo, pero en realidad y en verdad sólo le resulta espantosa...La vida no vale un solo día...La verdad no es otra cosa que la que aquí vemos: aterradora. Que sea posible siquiera tanto desamparo y Tanta desgracia y Tanta miseria, dice Oehler, me pregunto. Que la Naturaleza pueda engendrar Tanta desgracia y Tanta sustancia de horror. Que la Naturaleza pueda producir Tanta brutalidad contra sus criaturas más desamparadas y más dignas de lástima. Esa ilimitada capacidad de sufrimiento, dice Oehler. Esa inventiva ilimitada para engendrar y soportar la desgracia. Esa náusea del individuo, que realmente se cuenta por miles solo en esta calle"(Bernhard. Andar, p. 208)
“Suponiendo que yo mismo ignorara
de los principios la naturaleza
a asegurar, no obstante, me atreviera,
cielo y naturaleza contemplando,
que no puede ser hecha por los dioses
máquina tan viciosa e imperfecta”.
(Lucrecio. De rerum natura, V, 195-200.Traducción de Agustín García Calvo. Citado por Antonioni al comienzo de Quel Bowling sul Tevere)
“Las nubes se han vuelto pesadas y descargan una sombra plomiza sobre la representación que se está desarrollando en la planicie. Fácil de digerir, piensa el hombre. Sigue respondiendo a las preguntas en tono tragicómico y, mientras, mira alrededor y luego arriba, a las nubes" (Antonioni. Más allá de las nubes)