Ha muerto Eugenio Trías. España pierde un gran pensador y el Área de Estética y Teoría de las Artes uno de sus mejores referentes. Por la amplitud de la obra, la pluralidad de sus intereses y la profundidad de su pensamiento ha sido la viva encarnación de un humanista del límite. Tenía desde hace muchos años una mala salud de hierro que no le impedía desarrollar una gran tarea en lo que él llamaba las tres patas de su actividad: libros, prensa y conferencias. Persona tímida, era de una cordialidad entrañable en el trato y de una gran generosidad intelectual para comprender y apoyar a los demás. Le debemos mucho. Mi recuerdo espontáneo va ahora a una comida especial en Guadalajara de México donde participábamos en una mesa sobre el ensayo español dentro de la Feria del libro. Hablamos al principio del límite pero unas traicioneras margaritas nos llevaron pronto más allá de él. Descanse en paz.
Vaya, sí que es una pérdida, pero su obra indudablemente una ganancia, no sólo por la filosofía (del límite)que nos deja, sino por sus generosas y profundas aproximaciones a la filosofía a través del arte, y al arte a través de la filosofía. Me recuerdo como si fuera ayer tumbado en el sofá leyendo con devoción su premiado ensayo Vértigo y pasión, que no solo me hizo comprender mejor lo sublime kantiano, sino revivir de otra manera el Vértigo de Hitchcock. Que descanse en paz.
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