Pero una de las escasas imágenes musicales en la película nos da una pista: “The lion sleeps tonight” cantan los dos músicos (todavía caminantes) callejeros para ganar unas monedas en su viaje iniciático a Grecia: yo seré maestra, yo seré músico, sueñan. Luego viene el despertar en las imágenes y los sueños, sueños son. La vieja metáfora de la vida como camino (“¿qué camino seguiré en la vida?” se preguntaba Descartes), trufada con “la vida es sueño" barroca, acaba siendo una nana de la factoría Disney con la que algún oscuro filósofo del bosque mece la cuna del retoño identitario.
Camino, que ya no es viaje, más bien cruce como tránsito:
encuentro que es desencuentro, intermedio que preludia una separación, Grecia y
Berlín, la maestra y el sin techo, imágenes que impiden vivir entre líneas, la
melancolía del sueño de un camino al término del camino de un sueño. La
identidad: un punto ciego.
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