miércoles, 29 de julio de 2020

7. Estética de verano


“Nos parecía claro que el futuro de los ordenadores iba a dar otra visión. Nos hemos equivocado. La ciencia ficción exploró ese terreno a través del cyberpunk, después todo se ha acabado. Ahora las nuevas tecnologías nos son familiares y hemos comprendido que no son sino tecnologías. Después del cyberpunk no ha habido un movimiento tan importante” (Neal Stephenson, entrevista 2005).


El contexto es la creencia de que las nuevas tecnologías, ellas, iban a cambiar nuestra existencia dándonos una especie de second life a través de toda clase de avatares, de personalidades múltiples en las que lo virtual compensaba la deficiencia de lo real. Había una externalización mágica de las tecnologías como sujetos agentes y los seres humanos como objetos pacientes que sufrían su “impacto” produciéndose la transformación correspondiente de todo signo. Stephenson afirma (coincidiendo con Negroponte) que “ahora” son familiares y cotidianas, solo tecnologías. Antes eran extraordinarias, ahora ordinarias, en el pleno sentido de la palabra.  Hay un deje de desilusión unido a la constatación del final del movimiento estético que lo exploró, el cyberpunk.

Pero, cabe preguntarse ¿Ha sido, es realmente, así? Creo que no.


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