sábado, 4 de diciembre de 2010

Sublime NH

A pocos les es dado ahora caminar en un mar de niebla y menos ser vistos de espaldas tan peripuestos.Tan solo cuando ponen el cuadro de referencia en el blog primerizo como signo de un alma delicada. Pero no es infrecuente sentir lo sublime, no la primera vez, cuando se acarrea la maleta buscando desorientado por las flechas la habitación reservada. Si ha conseguido abrir en el primer intento con la tarjeta la puerta, quizá su ojo verde le anuncie con un guiño una sorpresa tardía. Por la noche, al regresar con el cuerpo indolente y ya vencido por el pasillo, tendrá una experiencia impagable: al fondo del cul de sac brilla, débilmente iluminado, un infame cuadro alpino, su cerebro se entontece dulcemente con el mal de altura del aire enrarecido por la deficiente ventilación, y un olor intenso a moqueta salvaje bloquea sus sentidos. Es la hora de lo sublime NH, de la trascendencia low cost.

3 comentarios:

  1. Aunque para sublime, los vuelos low cost... Aunque a veces la sensación de peligro sea más que una ficción, y uno pasa miedo de verdad.

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  2. Ingenioso e irónico...pero, si me permites,
    deja un regusto "triste" tu pensamiento.

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