domingo, 6 de septiembre de 2020

martes, 25 de agosto de 2020

22. Estética de verano. Upload.

 


Junto a un hilo thriller de baja intensidad el auténtico hilo rojo de esta temporada es la exploración de la historia de amor entre Nora y Nathan, entre lo vivo físico y lo vivo digital, ambos reales. De hecho, es muy significativo el embarazo al emplear palabras como sinónimos de lo que antes estaba enfrentado dialécticamente en la vieja terminología. El resultado es una ambigüedad muy estimulante.


La secuencia del funeral es uno de los ejemplos más claros de la estética postdigital donde se mezcla todo en ese digital ya consumado. Al tiempo que ve su funeral y participa separado por una mampara física/digital, un Nathan ridículamente customizado constata perplejo que todo se hace para él, pero sin él.


Es esta historia de amor, que no ahorra los tópicos verbales e icónicos más kitsch esencia de culebrones, la que sitúa esta serie en el ámbito de los imaginarios que he mencionado y que se diferencian radicalmente de los del ciberpunk, habitantes de la ruina urbana de los supervivientes solitarios. Aquí triunfa lo interracial políticamente correcto frente a lo previsible caucásico y glamouroso. Pero tamizado por la ironía. No hay el revoltijo de mezclas que hace imposible hoy día entender los remakes de películas históricas de hace años, con un bosque de Sherwood más variado en especímenes humanos que el arca de Noé y una corte artúrica preludio de todos los híbridos, con géneros, razas y tamaños futuros conviviendo como si nada fuera más natural.




La apariencia física cambia según la disponibilidad digital y las últimas imágenes, que dejan abierta la continuidad de la serie, ya adoptan ese color verdoso claro hopperiano de lo degradado en una luz incierta, meditabundo, a la espera de subir algún día desde el limbo de los 2 gigas al cielo digital de la tarifa plus.


sábado, 22 de agosto de 2020

21. Estética de verano. Bradbury. Estética poliestética.

 https://joseluismolinuevo.blogspot.com/2012/06/



"Las palabras sabían a verano. El vino era verano encerrado y taponado. Y ahora que Douglas sabía, realmente sabía, que estaba vivo, y se movía en el mundo para verlo y tocarlo, convenía que algo de este nuevo conocimiento, algo de este especial día de vendimia, fuera apartado y sellado, y abierto luego un día de enero, cuando nevara rápidamente y el sol estuviese oculto desde semanas o meses atrás, y el milagro, en parte olvidado, necesitara renovarse. Sería aquel un verano de insospechables maravillas, y Douglas quería que lo conservaran y ordeñaran. En cualquier momento bajaría de puntillas a ese húmedo crepúsculo y acercaría las puntas de los dedos.

   Y allí, hilera sobre hilera, con el color suave de las flores que se abren a la mañana, con la luz del sol de junio tras una débil película de polvo, estaría el vino. Y al mirar el día invernal a través de la botella... la nieve se fundiría en pastos, en los árboles vivirían otra vez pájaros, hojas, y capullos, como un continente de mariposas que se alzara al viento. Y el cielo acerado sería azul.

   Ten el estío en la mano, sírvete un poco de estío, un vasito nada más por supuesto, un sorbito para niños; cambia la estación en tus venas llevándote el vaso a los labios y empinando el estío". (Bradbury. El vino del estío)


20. Estética de verano. Upload

En el contraste de estas imágenes se ve la diferencia entre el ciberpunk y el fascismo posmodernno y lo postdigital y el posfascismo posmoderno, entre la violencia estetizada y la violencia razonable, entre el capitalismo avanzado y el capitalismo consumado. Los dos son unos supervivientes pero ahí acaba la semejanza: el depredador solitario matará al antiguo Prometeo siguiendo la tradición del arte y a todas las copias que pueda de él

Este otro, Nathan, tiene la textura de esa clase de "héroes" cuyo prototipo es el Wilhelm de Goethe: unos atontados con apariencia de pescado hervido que van dando tumbos por la vida y de los que se enamoran de manera incomprensible unas mujeres más valiosas que ellos. Es tan cute, exclama Nora, derritiéndose ante la simpleza del peluche Nathan. La serie tiene algo de novela de formación de un pequeño chorizo en una vida que se redime en otra Afterlife generando buenos y difusos sentimientos. No se trata de una rebelión sino de reajustar el sistema para hacerlo más humano. 

miércoles, 19 de agosto de 2020

19. Estética de verano. Upload

 


"No intentes consolarme de la muerte,esclarecido Odiseo: preferiría ser labrador y servir a otro, o un hombre indigente que tuviera poco caudal para mantenerse, a reinar sobre todos los muertos".


Esta cita de la Odisea, de la visita de Ulises al Hades y la respuesta de Aquiles a sus congratulaciones, da el tono de otro aspecto de la complejidad de la serie y la remite al contexto de la novela de Galouye y serie de Fassbinder ya analizados. La frase de Descartes ha sido solo un hilo conductor. En la herencia platónica idealista y dialéctica de mente y cuerpo, que pobló buena parte de los imaginarios del siglo XX las nuevas tecnologías eran tecnologías de la mente que abandona el cuerpo. A diferencia del tópico las nuevas tecnologías y lo digital en concreto nunca han sido solo cartesianas. Más bien lo contrario. Nathan, como en la cita de Homero, después de haber bebido “la negra sangre” de los gigas contratados que le hace revivir echa de menos la otra vida, la corporal, la física, llamada real, aunque le insisten para consolarle que también lo es la digital. La puntualización es muy interesante pues uno de los errores del siglo pasado y que algunos continúan cometiendo es confundir lo físico con lo real, estableciendo una antinomia con lo virtual y lo digital. Pero estos últimos son tan “reales” como lo físico, solo que distintos de ello. E incluso la “nueva estética” (como veremos) trata de erosionar esa diferencia. A pesar de que Nora le insiste en que ha renacido a una nueva vida, como Neo en secuela de Matrix, Nathan piensa que esa Afterlife no es vida. Los guiños a lo háptico no pueden ser más explícitos.

domingo, 16 de agosto de 2020

18. Estética de verano. Upload





El tecnorromanticismo oscuro deja paso aquí al new age: no se quiere un mundo mejor sino un mundo distinto como en los poshumanismos, no transhumanismos. La potente matrix es la misma que en los romanticismos desde el siglo XIX: el aburrimiento, no el dolor ni el sufrimiento. De casa, un tabuco, al trabajo, una “oficina siniestra”. Nora trabaja en un sitio cutre, un espacio corrido que ofrece una imagen intemporal de personas amarradas, antes a unas máquinas de escribir, ahora a unos ordenadores bastante corrientes que ofrecen prestaciones extraordinarias junto a molestos tábanos en forma de anuncios. Y así día tras día.


No falta la ironía al sexo consentido y puntuado. Nathan descubre también que la eternidad digital es aburrida. Siempre lo mismo y, encima, está el glitch del servicio técnico espiritual no siempre a la altura.