miércoles, 26 de marzo de 2008

El arte del paisaje





Este es un libro excelente de una meritoria colección como hay pocas sobre estos temas.



El paisaje no es aquí el espacio físico en que estamos, sino el objeto de una experiencia estética en la que se funden naturaleza y cultura. El paisaje es el límite móvil de una existencia. Al acariciar con la mirada los contornos físicos de las cosas estamos creando la geografía sentimental de nuestra alma. Proyectando sobre él dudas y pasiones emborrascamos el horizonte del cielo.



Sin embargo el arte del paisaje no debe reducirse al paisaje del arte, por muy bello y sublime sea.



“Numerosos parques y jardines son re-creaciones del Paraíso perdido, o del Edén, y no los sitios dialécticos del presente.....Sin embargo, al lado de esos jardines ideales del pasado y de sus homólogos contemporáneos – los parques nacionales y los grandes parques urbanos-, están esas regiones infernales que son los vertederos, las canteras, los ríos contaminados...Debido a su profunda inclinación hacia un idealismo puro y abstracto, la sociedad ignora qué es lo que conviene hacer con dichos lugares. Nadie quiere ir a pasar sus vacaciones a un vertedero público” ( Smithson. En Maderuelo, Javier. Nuevas visiones de lo pintoresco: el paisaje como arte, Fundación César Manrique, Lanzarote, 1996, p.28).




“Ahí, en el paisaje infinito de los espacios abiertos del campo y la montaña, en la naturaleza creada, manipulada o destruida por el hombre y en las zonas donde la ciudad pierde su nombre y se convierte en vertederos y construcciones obsoletas, es desde donde debe reflexionar y para donde debe presentar sus propuestas el artista actual”[1] .
[1] Manuel García Guatas: “Paisaje, tradición y memoria”. En Maderuelo, Javier. El paisaje. Arte y naturaleza. Huesca, 1997, p. 91.

Y está también el otro paisaje, el de la nueva Heimat, la ciudad, que contempla el último romántico.


Cortesía de un amigo de Cáceres, sin rostro todavía.

2 comentarios:

  1. Hola José Luís,

    Me parecen muy provechosa la reflexión que haces sobre el paisaje -a propósito de la recopilación de Maderuelo- sobre todo al no considerarlo como una cosa en si, un hecho bruto en el que el observador de sitúa pasivamente, sino como el centro de una experiencia estética que no excluye el mundo de lo simbólico. Paisaje es efectivamente naturaleza y cultura.

    Llevo varios meses estudiando las fotografías de Ansel Adams. Suponen una reflexión visual sobre el paisaje dentro de la más pura “tradición” de la modernidad estética. En primer lugar, la técnica fotográfica –el sistema de zonas- lleva a que el fotógrafo no se sitúe pasivamente frente a su motivo. ¡¡¡Por fin, la fotografía de paisaje supera el paradigma mimético!! Curiosamente el resultado es una transposición fotográfica de la estética romántica al más puro estilo Caspar David F. – Adams asciende paso a paso por los estratos estéticos de la modernidad-.Lo sublime en clave fotográfica.

    En segundo lugar, la obra de Adams tiene como resultado, siguiendo el hilo de tu blog, un pensamiento en imágenes: en Estado Unidos sus fotos sirvieron como desencadenante de una conciencia ciudadana sobre el valor del paisaje que llevó a la creación de la famosa red de parques nacionales de Estado Unidos. Han supuesto una schilleriana educación de la sensibilidad –más Modernidad- que ha hecho del paisaje un pilar fundamental del imaginario cultural de EE.UU.

    Un saludo.

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  2. TENGO ENTRE MANOS ESTE LIBRO Y, HACE UN RECORRIDO MUY INTERESANTE POR TODAS LAS ARISTAS ENTRE ESTÉTICA Y PAISAJE . TAMBIÉN PODEMOS ACERCARNOS ,Y COMPARAR , PUNTOS DE VISTA A LA OBRA " BREVE TRATADO DEL PAISAJE" EN LA MISMA COLECCIÓN.
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