Lo relevante
en los análisis de estética política no es el qué sino el cómo. En
cine salen dos películas radicalmente distintas si se ven con o sin sonido. Esto
es especialmente recomendable para los letraheridos que oyen los diálogos, pero
no ven las imágenes. Los primeros informan, las segundas conforman; oyes las
razones de los vencidos, pero vence, convence, por identificación biológica, la
fuerza de los vencedores. Es el manual de estética política desde Schiller: lo
más fuerte estéticamente es lo más bajo éticamente. Es el núcleo de las
estéticas totalitarias del fascismo moderno. Este ha ido mutando respecto a sus
métodos sin abandonar el objetivo: la conquista emocionalmente manipuladora del
poder. Lo seguimos viendo hoy día.
Si se
confunden los niveles estético y ético en los análisis políticos las
consecuencias son devastadoras para la democracia. Y deparan sorpresas
inesperadas: tanto Un mundo feliz de Huxley como 1984 de Orwell son
dos críticas totalitarias al totalitarismo, es decir, dos apologías involuntarias
de los fascismos. Los discursos de los dictadores son más potentes estéticamente
que los de El Salvaje y Winston y, al final, no hay alternativa: el primero se
suicida y el segundo traiciona. Un chollo de oposición para cualquier dictador.
La cita de
Berdiaeff al comienzo de Un mundo feliz ha señalado un posible rumbo de
los imaginarios del siglo XX en torno a las sociedades futuras de las nuevas
tecnologías. La doctrina oficial ha sido que una distopía es una utopía
consumada: un mundo feliz. Luego hay que evitar las utopías por su deriva
inevitable al totalitarismo y la falta de libertad. Al parecer, la posibilidad
de unas utopías ciudadanas limitadas ni se les pasaba por la cabeza, destinados
a caer en manos de descerebrados “elegidos” ciberpunk a quien nadie había
elegido. Es el fascismo posmoderno.
A pesar de las
jugadas de la memoria hermenéutica, de la cita de Berdiaeff, no parece nada de
esto en el tecnorromanticismo de la supuesta era “postdigital”, del siglo XXI,
en el que se inscribe Upload. Esta serie es ya posfascismo posmoderno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario